Viajes, ¿sociales o productivos?

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EL OJO DEL HALKON

Por Rubén Darío Mejía Sánchez

Palo por que se hace, palo porque no se hace; el Presidente pierde o gana tiempo, pierde o hace una buena relación comercial con los diferentes países que visita o simplemente se está mostrando con los logros “alcanzados” en los asuntos de paz.

Los diferentes analistas que existen por montones en este país y los periodistas desde el borde hablan cada día de los viajes del Presidente de la República, tanto a Estados Unidos como a España y a Francia, y en más de una oportunidad consideran que lo que está cumpliendo es una agenda social, porque no se ven resultados a futuro de lo que se pueda lograr de estos periplos en donde por lo general hay eventos sociales y culturales, que han sido llamados eventos light y no de fondo para mejorar unas buenas relaciones internacionales.

No olvidemos que en los últimos años y meses se ha cuestionado el trabajo de la canciller Holguín en lo que tiene que ver con las relaciones exteriores del país y se ha cuestionado, porque ha sido demasiado débil el trato que se le da a relaciones, por ejemplo, con Venezuela, cuando los vecinos pasan a territorio colombiano y hacen lo que se les viene en gana sin que la Canciller piense, ni vea, ni entienda lo que está sucediendo y menos que actúe con mano fuerte.

Hace algunos años hubo una gran polémica en el país de la forma de cómo se llevaban las relaciones exteriores en Colombia y se llegó a una conclusión, que quienes han estudiado para manejar la diplomacia del país no son tenidos en cuenta, lo mismo que sucede con los que estudian administración pública que muy pocas veces son tenidos en cuenta para estar al frente del manejo de la actividad del Estado y traigo esto a colación porque la vida diplomática colombiana se ha vuelto un premio a quienes han prestado sus servicios en el Gobierno, de una o de otra forma, o simplemente, los que han sido amigos del Gobierno, cercanos a su corazón durante los periodos de mandato.

Para unos la Canciller ya debía de haber dado su paso a un lado y otros consideran que ha hecho las cosas bien, aunque desde los partidos de oposición se le ha calificado como un desastre, principalmente por no haber sido fuerte con los vecinos Castro-Chavistas.

Cuando se hacen esos “análisis” de los viajes presidenciales, dicen los “expertos” que el presidente Santos ha perdido su tiempo cuando ha visitado a Trump y a Macron y no ha tenido encuentra otros países que pueden servir para afianzar una relación comercial en este momento de crisis económica a nivel mundial y que según los entendidos ha afectado en materia grave la economía del país; pues para muchos lo único que falta es que nos muramos de hambre los colombianos, cosa que no es cierta, porque las cosas no están tan mal, sino que las hacemos ver muy mal algunos sectores de la política y de los medios de comunicación que han perdido su horizonte en los últimos años.

Yo que no soy un experto, me pregunto que fue lo malo que el presidente Santos hizo en su visita a Estados Unidos, porque los entendidos dicen que Trump se burló en las narices de Santos y éste no se dio cuenta y que la ayuda para erradicar el narcotráfico del país y ayudar en el postconflicto no es la que se necesita y que el asunto no fue sino paños de agua tibia para una enfermedad crónica.

Pues no sé quién tiene la verdad, porque tanto Estados Unidos como Colombia son unos socios estratégicos, los que se necesitan unos a otros de forma totalmente diferente, pero que por el bien de ambos deben de tener una buena relación y Colombia ha demostrado ser un aliado fiel y seguro del país del norte. No sabemos si ahora con los cambios de gobierno con Trump las cosas puedan funcionar como en el pasado y conseguir la estabilidad económica y política para el país con la ayuda del Coloso del Norte.

Los entendidos no han querido entender que Francia se ha convertido en un proveedor de empleo estratégico para los colombianos en Colombia, y en Francia con una buena colaboración de ese país galo que comienza a dar excelentes resultados aunque como con las medicinas buenas los resultados son lentos pero efectivos.

Da pena cuando los sabelotodo no se dieron cuenta de porqué se estaban presentando eventos musicales y culturales en la capital francesa durante la visita del presidente Santos, y yo si lo entiendo, porque hace dos semanas escribí una columna sobre asuntos culturales en el que traté el llamado año de Colombia-Francia, Francia-Colombia, que es un intercambio cultural y educativo entre dos países que hace Francia desde hace algunos años y que en este momento le dio la oportunidad a Colombia. Mientras que países como Brasil y Alemania han considerado esta clase de eventos de gran importancia, en Colombia algunos de los comentaristas extra rápidos que no investigan para saber lo que está sucediendo han tratado de mofarse, porque un grupo de estudiantes, músicos de los sectores marginados y el gran Yuri Buenaventura hubieran dado apertura a la entrevista entre los presidentes Macrón – Santos. Tampoco dieron importancia a que una de las plazoletas en el país galo llevara el nombre del gran Gabriel García Márquez no haciéndole solo homenaje a sus letras sino a los escritores e intelectuales de Colombia.

Con Santos está sucediendo lo mismo que con Enrique Peñalosa en Bogotá, un hombre serio, sin echar mucha carreta y que sabe que las cosas buenas se logran gracias a una buena planeación; pero a veces esa seriedad y sequedad da para que los que son emocionales quieran ver resultados al instante; sin interesar si los resultados sean buenos o malos, pero que se vean.

Ahora lo que está sucediendo es el cumplimiento del adagio popular de “palo porque bogas y palo porque no bogas”, aunque sería bueno que el Presidente nos contara a los colombianos cuál es su verdadera política comercial y diplomática; porque de lo contrario los que estamos medio cuerdos nos vamos a reventar en este año que falta para que Santos entregue el mandato y quizá esos sectores que no lo quieren puedan respirar.

Viendo las redes sociales, que para colmo debo de verlas por ser periodista, me da mal genio, deseos de vomitar y de estrangular a más de uno, que siempre  ve las cosas negativas sobre lo que está sucediendo en el país y lo que más me llama la atención es que algunos, sin conocer de los temas hablan por hablar y le hacen propaganda a ciertos sectores, no sé si dentro del negocio maldito que hay en las redes sociales de pagar para que se difundan mensajes falsos a favor o en contra de algunos sectores políticos, sociales o religiosos.

Los resultados de los viajes de Santos, solo se verán como en la medicina alternativa, en algún tiempo, para lo que hay que tener paciencia, pero eso es lo que no tenemos en Colombia, en donde estamos dispuesto a satanizar todo lo que sucede.

Me llama la atención, finalmente, la posición del Centro Democrático de ya no querer hacer trizas el proceso de paz, sino hacerle los ajustes necesarios que ellos consideran son los que se merece y necesita, porque su Jefe parece ser el que tiene la palabra final en este país, porque ha actuado como un presidente más y tienen razón aquellos que dicen que el país tiene dos presidentes, uno que trata de mostrar las cosas buenas y otro de mostrar las cosas malas, pero los dos se disputan el poder y tratan de demostrar quien tiene la verdad y mayor fuerza, lo que en un país normal sería el Presidente legítimamente elegido, porque el que salió, salió.

Parece de verdad, verdad, que llegó la campaña política de las mentiras contra las mentiras, en donde la verdad no tiene importancia.

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