Ayer escuchando la radio hice consciente, la importancia de potencializar y valorizar las redes (o comunidades) a las que pertenecemos (video). Ellas siempre han estado allí, sólo que ahora tenemos nuevas herramientas como los medios sociales para ampliarlas y enriquecerlas. Pero sí bien el objetivo es ser mejores con y a través de nuestras redes, hoy quiero escribir sobre una característica fundamental para participar en ellas, se trata de la simplicidad.
Porque son los mensajes simples los que generan más conversaciones dentro de las diferentes redes, y por ello son quienes logran dominar el arte de la simplicidad los que se hacen escuchar. Sólo que siempre es más difícil ser simple que no serlo y por eso, a veces nos quedamos en las fotografías producidas y pensadas para impresionar, en las bio que tienen tantos títulos que pueden asustar y en los mensajes que enviamos que son tan adornados que sólo leerlos puede enfermar.
Lo mismo pasa con los gestos que se usan durante un debate, un discurso, una presentación o una conferencia. Mientras menos simples sean, menos oportunidades habrá de convencer sobre lo que se dice. Entonces, el secreto de la excelencia también reside en el hecho de lograr llegar a la simplicidad que no es otra cosa según lo decía Fréderic Chopin, que el logro final.
Con simplicidad no quiero decir que construyamos mensajes vacíos, al contrario, es que dediquemos el suficiente tiempo para hacer ver lo difícil fácil y simple. Y eso sólo se logra sabiendo de lo que se habla y sabiéndolo decir de forma que sea simple de entender y de repetir sin que pierda nunca su esencia, su sentido principal. Sólo los que conocen pueden hacer de algo complicado, algo simple. Y es esta simplicidad la que asegura que la idea sobreviva, porque no sólo será escuchada sino también repetida por otros.
Políticos como Obama en su anterior campaña lo entendieron y por eso resumieron su mensaje en cortas frases, de cambio y esperanza; pero también lo hace hoy en su sitio web tan simple como trabajado. Igualmente lo saben los publicistas, marqueteros y comunicadores que hacen campañas en las que con una sola frase resumen el trabajo de toda una compañía y de miles de personas.
Entonces, si lo que queremos es crear relaciones estrechas en nuestras redes debemos acostumbrarnos a construir mensajes simples, que muestren a quien lo lee o escucha el centro de lo que queremos hacer o decir. No por adornado o rebuscado un mensaje va a ser más exitoso o comentado y lo mismo pasa con las maneras. Por eso nos gustan los que nos hablan como son, con naturalidad y simpleza y rechazamos a los postizos, a los que hacen su discurso pensando más en sobresalir por lo rebuscado de sus palabras que por la simplicidad y la cercanía de sus apariciones.
Por: Liliana María Gómez