Entre el miedo y las protestas, México espera a su próximo presidente

Compartir:

La contienda electoral presidencial más observada en la historia de México está a punto de comenzar después del sabor amargo que dejaron las elecciones del 2006, donde, entre protestas y desencanto por el estrecho margen de .56% con que ganó el actual presidente de México, Felipe Calderón, el candidato panista tomaba posesión.

Este año, la celebración de elecciones generales, que se lleva a cabo el 1 de julio, le da un aire a los mexicanos de que las cosas puedan cambiar. Aunque algunos siguen desencantados de la política, otros tantos no pierden la esperanza de que esta vez, México sí pueda superar sus problemas, donde el narcotráfico, la pobreza y el desempleo son fuertes amenazas para su estabilidad.

México vive la mayor crisis de violencia causada por la lucha contra el narcotráfico, comenta el politólogo Genaro Lozano a Univision.com, quien coincide con el ex consejero del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde.

Ambos concuerdan en que estas elecciones representan una oportunidad para que se consolide o se dé un cambio en el rumbo del país.

¿Recuperando el tiempo perdido?

La diferencia de estos comicios con los del 2006 es justamente reivindicar la democracia que se vio tambaleada en el pasado, coincidieron analistas. Además es la primera contienda en donde una mujer, representa a un partido fuerte para pelear por la presidencia del país.

El abanico de posibilidades es: Enrique Peña Nieto, de la alianza del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Andrés Manuel López Obrador del Movimiento Progresista (Partido del Trabajo-Movimiento Ciudadano- Partido de la Revolución Democrática), Josefina Vázquez Mota del Partido Acción Nacional (PAN) y Gabriel Quadri de Nueva Alianza.

“Se juega la calidad y credibilidad de nuestra democracia. La forma cómo van a reaccionar los actores políticos y los profesionales ante lo que parece el triunfo del PRI en la presidencia y en los Estados. Va a ser calificado como una muestra de la fortaleza de nuestra democracia o el fracaso y el regreso del autoritarismo. El poder de deshacerse de un gobierno y de implantar otro a través de los votos”, dice a Univision.com Javier Hurtado González de la División de Estudios Políticos en Guadalajara, Jalisco.

Un nuevo ingrediente: los jóvenes y las redes sociales

La sal y la pimienta de estos comicios fueron las redes sociales, donde los ciudadanos se volcaron para criticar o apoyar a los candidatos.

Para Luis Carlos Ugalde, ex consejero del IFE, las redes sociales sirvieron para dar a conocer a los candidatos pero también se tergiversó la verdad en ellas.

“En esta campaña electoral se vio que en las redes sociales había muchos trolls y robots. Las redes sirvieron más para crear estereotipos y medias verdades que para crear un diálogo fructífero”, argumenta.

Genaro Lozano agregó que las redes sociales fueron clave para darle fuerza y eco al movimiento #Yosoy132, el cual es un grupo de jóvenes universitarios que se opusieron al candidato Enrique Peña Nieto.

“#YoSoy132 significó el despertar de los jóvenes, sobre todo como un llamado para que salgan a votar el primero de julio. Y poner en evidencia cómo los medios de comunicación están apoyando el proyecto de un candidato en específico “, sostuvo Lozano activista, experto en redes sociales, politólogo y quien fungió como moderador en el debate alterno organizado por el grupo estudiantil.

Aunque el proyecto, que inició con mucha fuerza, terminó en el desencanto de muchos participantes, ya que primero se presentaron como un grupo apartidista, después salieron algunos detalles de que estaban resguardados por la izquierda mexicana.

Esto provocó que #YoSoy132 presentara algunas divisiones. De ahí que surgieran grupos como Generación Mx, quienes han rechazado que #YoSoy132 apoyen a algún candidato en específico (del que más se ha hablado es de López Obrador).

Sin embargo y pese a las críticas, el grupo de jóvenes logró lo que nunca había pasado: que reunieran a tres candidatos para un debate alterno a los dos oficiales y que ellos mismos organizaron (Peña Nieto fue el único que declinó la invitación por ser un grupo en su contra).

Un factor que domina: el miedo

El ambiente social que se percibe en el país se siente como una olla en ebullición. Protestas de desapruebo contra el candidato Enrique Peña Nieto, muchas de ellas encabezadas por los jóvenes del grupo #YoSoy132, la molestia de aquellos izquierdistas que se quedaron con las ganas de que Andrés Manuel López Obrador fuera el ganador de la contienda del 2006 y el temor por los cotidianos actos de violencia por la lucha entre narcotraficantes e inclusive la posibilidad de un fraude electoral, generan una fuerte expectativa.

Cuando se les pregunta a los expertos si hay peligro de que ocurra un engaño en los resultados electorales, los analistas consultados por Univision.com contestan que no y coinciden que hay un segmento de la población, activado por Andrés Manuel López Obrador, que desconfía de las autoridades electorales.

Respecto al papel de las encuestas previas, en las que la mayoría le da la victoria a Enrique Peña Nieto en un competido segundo lugar entre Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota, los expertos opinan que tienen una validez diferente a los resultados del IFE.

“Las encuestas las pagan particulares y dependiendo de quién las pague y quién la haga y su metodología se puede decir si son confiables o no. Actualmente en México hay 250 encuestadoras donde también hacer encargos por partidos políticos. En cambio el IFE tiene una presencia sólida. Los resultados que dé el IFE son confiables”, explica Martín Iñiguez, experto en política internacional de la Universidad Nacional Autónoma de México.

La posibilidad de una ‘narco elección’ es algo en lo que los mexicanos mantienen los ojos bien abiertos.

“El miedo lo han ejercido los poderes. Las mismas campañas que te dicen que si votas por fulano te van a quitar tu casa pero el miedo al narco es contundente. Vemos a políticos o familiares de los políticos perseguidos por ayudar a los narcotraficantes. El narco está infiltrado no sólo en procesos sino en corporaciones policíacas muy bien definidas. El narco está infiltrado y alguien les abrió la puerta para que esto ocurriera”, explica a Univision.com el periodista Raúl Martiarena, experto en temas políticos y económicos del país.

Un nuevo amanecer para México: el 2 de julio

Después de que el IFE, quien dará algunos resultados después de las 11 de la noche del 1 de julio, los mexicanos sabrán que camino tomará su futuro.

Como sucedió en el 2006, se temen protestas sociales después de que se den a conocer los resultados electorales.

“Peligro sería que Lopez Obrador no reconozca su derrota. No sé cómo vayan a reaccionar los derrotados, ese es el gran peligro. Vamos a ver si son capaces de procesar el resultado con madurez, reconociendo al vencedor y reconociendo a la voluntad del pueblo o con acciones en forma de protesta, contra el pueblo mismo. No se puede estar en contra de lo que eligió el pueblo”, comenta Hurtado.

Para mantener la tranquilidad entre la población, los tres principales partidos políticos (PRI, PAN, PRD) se ha comprometido a firmar un pacto de civilidad en el que aseguran que respetaran los resultados proporcionados por el IFE.

Para Ugalde existen tres panoramas posibles para el día después de las elecciones: “habrá festejos por parte del candidato ganador, si pierde Andrés Manuel habrá frustración por parte del círculo que ha seguido a AMLO y si esto sucede lo más probable es que López Obrador desconozca los resultados de la elección”.

“Yo creo que si pierde el PAN, de parte de ellos no habrá movilizaciones, pero si llegará a perder el PRI O PRD si habrá movilizaciones”, asiente Lozano.

Sin embargo hay versiones más optimistas sobre la mañana del 2 de julio porque creen que México es un país fuerte y unido.

“El país va a resistir esto. A diferencia de democracias débiles como Paraguay u otros países, tenemos instituciones más solidas y no creo que se ponga en riesgo esa solidez. El 2 de julio amaneceremos como todos los días pero con un candidato virtual futuro presidente de México”, asegura Martín Iñiguez.

Iñiguez piensa que como mexicanos tenemos que apoyar al candidato que sea ganador, independientemente de la preferencia que se tenga: ‘los candidatos que tenemos son los que hay y si no los queremos, participemos en la política’, reitera el politólogo.

Sanando heridas

Un ambiente frustrado y desilusionado es lo que la mayoría de los mexicanos sienten, aseguran diversas encuestas. Así que una de sus prioridades es lograr una reconciliación nacional.

“Sanar las heridas entre la sociedad y los resultados electorales. La gente quedó muy dividida, muy lastimada. Eso lo tendrían que atacar de primera instancia. Además se tiene que mirar fijamente la economía ya que a nivel mundial ha habido una debacle. Decirle a la gente en que confíe en que los próximos seis años serán para reactivar el problema interno. Entre las mismas corporaciones se están matando por la defensa contra el narcotráfico”, aseguró el periodista Raúl Martiarena.

Según Luis Carlos Ugalde, el nuevo presidente que sea declarado legalmente electo deberá ponerse a trabajar enseguida para tener un programa eficaz de gobierno para evitar lo que pasó en el gobierno de Calderón.

“Debido al conflicto post electoral, Calderón no pudo iniciar el diseño de su programa de gobierno sino hasta septiembre y eso trajo graves consecuencias pues su gobierno y a su administración.

Lozano asevera que si gana Peña Nieto deberá buscar acercarse a los jóvenes universitarios, que sin duda no están con él; si gana Josefina deberá empezar corrigiendo el rumbo de lo que ha hecho mal el presidente Calderón; y si gana Obrador deberá llamar a una conciliación nacional donde pueda dialogar con un congreso que sería completamente opositor y al que él mismo ha llamado una mafia.

Así es el México que le espera al próximo presidente, un México que se debate entre el miedo, el enojo y la protesta social pero que tiene la esperanza de que las cosas en México pueden mejorar.

Compartir: