Por el lado uribista, el senador de Centro Democrático José Obdulio Gaviria propuso la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente “limitada” para reformar la justicia. Por el liberalismo, coincidió en la misma iniciativa y para el mismo fin, su codirector y senador Horacio Serpa Uribe. Las Farc están pidiendo Constituyente, pero para refrendar los eventuales acuerdos de paz de La Habana.
José Obdulio Gaviria afirmó que el país se encuentra en una “laguna constitucional” porque no ha podido encontrar los mecanismos ni las fórmulas para hacer una enmienda integral a la justicia, y que por ello, se necesita convocar una Asamblea Nacional Constituyente para que se dedique únicamente a reformar la justicia.
A su turno, Serpa Uribe, planteó que a raíz de la decisión de la Corte Constitucional de revivir el Consejo Superior de la Judicatura, “mucha gente concluyó dos cosas: este Consejo tiene las 7 vidas del gato, una; la otra es la necesidad de convocar a una Constituyente para reformar a la Justicia, porque las autoridades judiciales no van a permitir del Congreso ninguna modificación que no se haga de acuerdo con ellas”.
Gaviria, en una intervención en la Comisión Primera, señaló que cuando se habla de Constituyente en el Congreso “nos da miedo” y muchos optan por escabullirse, pero en su concepto “es la única salida actual, con una ley que le impone temario y el temario es la justicia”.
Advirtió que ese temario restringido de la Constituyente debe ser el objeto de la ley que la convoque, para el tema de la justicia”, y aclaró:
“Yo acá no metería a las Farc, yo las meto para definir la pena, las condiciones de reclusión y las condiciones de desmovilización nada más, esos son los temas que hay que discutir con ellos. Discutamos nosotros aquí, la gente razonable, decente, la gente que sabe de derecho, etc., sobre este problema”.
“Es que estamos en una laguna, nos vamos a hundir, nada sale. Miren ustedes estos intentos han tumbado cinco ministros de Santos, el presidente Uribe, incluso, tampoco tuvo iniciativas que prosperaran respecto al tema de la justicia y venimos discutiendo desde cuando descubrimos que había un error de concepción en la redacción de la Constitución.
Sobre las características de la Constituyente que propone, José Obdulio dijo que debe ser “pequeña, con gente inmune, que nadie pueda ir a capturarla mientras esté en función, que no pierdan investidura mientras esté en función, una Constituyente regida por la Constitución, con temario exclusivo: la justicia y todo lo que ella conlleve”.
Y concluyó: “El tema de la justicia no está en un solo capítulo o en un solo título, lo que llaman ahora la transversalidad y, por lo tanto, todos esos temas resueltos con toda la sabiduría, con todo el conocimiento y sobre todo con toda la condición política de quien actúa libremente sin los apremios de quién me va a juzgar porque yo digo tal cosa, porque digo tal otra; porque voto de una manera o voto de otra”.
El senador Horacio Serpa Uribe, en un escrito de opinión en la web del Partido Liberal, que tituló ¿Constituyente? Que se puede se Puede”, hizo los siguientes planteamientos:
Hasta la propia Justicia pidió una Constituyente, en boca del Consejo Judicial Nacional, cuando comenzó la discusión en el Congreso del “Equilibrio de Poderes”. Los Uribistas también quieren Constituyente. Las Farc en La Habana han dicho lo mismo. Según su interés, muchas personas y organizaciones han hablado de una Constituyente. Yo mismo lo digo hace dos años, porque creo que está llegando la hora de que los colombianos actualicemos nuestro Constitucionalismo.
La actual Constitución fue moderna y avanzada para su tiempo. En ella se crearon condiciones para lograr la paz, se creó un Estado Social de derecho, laico, incluyente, democrático, participativo, ecológico, pluralista, con nuevas Instituciones, un Estatuto para todos. Pero vivimos otro momento. Con decirles que en esa época no había Celular ni Internet ni Twitter ni Facebook ni WhatsApp ni Instagram ni Google, todo el mundo entiende. No han pasado sino 25 años, pero los adelantos tecnológicos han sido tan extraordinarios, que el mundo cambió.
Además, el Congreso de la República ha modificado la Constitución más 40 veces. Y las reformas que se vienen por razón de los Acuerdos de Paz, serán numerosas y fundamentales. La Constitución del 91, en poco tiempo, va a ser una colcha de retazos. Lo dicho es suficiente para que tengamos una Carta democrática, actualizada, pluralista, incluyente, igualitaria, garantista, que defienda la naturaleza y asegure un ambiente sano, en fin, que recoja las nuevas tendencias del país y del mundo en diferentes órdenes, las cuales, por pedacitos. van incluyéndose en nuestro ordenamiento legal.
No planteo una Constituyente para los Acuerdos con las Farc, sino después de ellos y del Plebiscito, cuando en dos o tres años “se hayan calmado las aguas” y estemos listos, de verdad, a gozar la convivencia y a tener una paz perdurable, con seguridad, transparencia y auténtica democracia.
¿Cómo nos aseguramos de que se va a realizar? Es la oportunidad del Gran Acuerdo del que todos hablamos sabiendo que nunca se va a realizar. Sobre una Constituyente elegida popularmente si nos podemos poner todos de acuerdo. Podría concretarse en el Plebiscito. O en un gran Acuerdo Partidista y Cívico en el que se comprometan, además, candidatas y candidatos al Congreso y a la Presidencia para el año 2018. O en un Acuerdo del actual Gobierno con el Congreso para definirla desde ahora. Hay tiempo y hay formas distintas. Si hay voluntad, se hace. Que se puede, ¡se puede!