Los contradictores de Simón Gaviria no se conformaron con pedirle la renuncia, mandarle un libro que se llama «Simón Lee», ni cambiarle su hoja de vida en Wikipedia. En las redes sociales, ahora circula un poema denominado «Simón el bobito y el Santo cachón» donde se recrea de manera jocosa y crítica lo que pasó en el Congreso con la aprobación de la cuestionada Reforma a la Justicia, de la cual Gaviria fue conciliador.
SIMÓN EL BOBITO Y EL SANTO CACHÓN
Simón el bobito llamó al marrullero
¡A ver las marrullas, las quiero aprobar! Si, repuso el otro, pero antes yo quiero mostrarle unos micos para conciliar.
La mica reforma leyó Simoncito y dijo ¡De veras, no encuentro ni unito! el texto ha quedado lo mas rebonito. A colegas presos vamos a sacar.
¡Justicia, justicia, descongestionar!
Hagamos la vuelta, hagámosla ya. Al robagallinas, cadena perpetua
Y para … políticos justa libertad.
Que salga Bernardo y Uribito Andres
con Corzo y Esguerra, bailamos los tres. Santo, Santo, Santo, viva la unidad. Santo, Santo, Santo de la impunidad.
A Simón bobito le gustan los monos
y las monerías de papá señor y pasa las horas saltando entre micos sin cazar ni unito, pobre cazador.
Se lavó con negro de embolar zapatos
porque el presi Corzo no le dio jabón
y cuando el concilio de los 12 gatos
no dijo ni miau, ¡Bobito Simon!.
Ordeñando un día a Doña Reforma
la vaca santista que Esguerra parió le cogió la cola sin mirar la norma y en la vaca loca se metió Simón
Vio un montón de pueblo que estorbaba el paso a Don Referendo, Doña Indignación se echa tres cruces, le reza a los santos ¡Salvenos justicia de este borbollón!
Vino Don Santicos con cara de bravo
vio a Doña Reforma entre el cagajón
ahí mismito ordena: limpien el establo
devuelvan la vaca, metanla al potrero de constitución. quitenle los micos, dejenla quietica son sabios consejos del santo cachón.
Pero nadie pudo contener la rabia de un pueblo mamado de tanto tonton
a quienes votaron non santa reforma
los pondrá en la calle, es la decisión.