Por Ricardo Galán
“Pura calentura” le respondió el analista político Héctor Riveros a Diana Calderón, directora del programa Hora 20 de Caracol Radio, cuando le preguntó como veía la reacción de la gente en las redes sociales ante la aprobación de la Reforma a la Justicia en el Congreso.
¿Pura calentura? A esa hora, mientras Riveros debatía en Hora 20, miles de trinos circulaban en Twitter comentando la Reforma.
Según Meridean, firma especialista en investigar y analizar lo que ocurre en Internet y las redes sociales, a esa hora se registraban más de 6 millones de impactos de personas que buscaban y compartían información, noticias, datos y comentarios sobre la Reforma a la Justicia en la red.
En algún momento 2’792.826 de personas seguían el tema sólo en Twitter. Y el escándalo apenas empezaba. En la noche del 22 de junio se produjeron 140 tuits por minuto que reclamaban por el silencio del Gobierno, el Congreso y las Altas Cortes de Justicia. Algo parecido ocurrió en Facebook. (VER INFOGRAFIA?
Tan grande llegó a ser la presión que el presidente, Juan Manuel Santos no tuvo más remedio que salir al filo de la medianoche a ponerle cara a la situación tratando de calmar los ánimos. Pero el remedio resultó peor que la enfermedad.
No había terminado la alocución de Santos cuando ya circulaban opiniones de abogados y exmagistrados que cuestionaban la legalidad de la objeción a la Reforma anunciada por el Presidente. La solución era tan ilegal como la reforma. Apenas un truco para tratar de ganar tiempo.
El viernes amaneció con la misma “calentura”. Las redes sociales mantuvieron vivo el interés en los acontecimientos relacionados con la reforma al tiempo que avanzaron en la organización del Comité Organizador del derogatorio que en apenas unas horas reunió más de 15 mil firmas.
Lo ocurrido con la Reforma a la Justicia requiere un análisis más juicioso, pero no hay duda que poco a poco los colombianos aprendemos a usarlas. Ya habíamos notado el avance cuando la discusión de la Ley Lleras y el asesinato de Rosa Elvira. En ambos casos las redes lograron movilizar a miles de personas hacia las calles y llamar la atención de los medios de comunicación.
Es cuestión de tiempo para que el poder de la información y la formación de opinión cambie de manos. Ahora existen Internet y las redes sociales. No es mera calentura.