La bancada conservadora ya tiene definido su reingreso a la coalición de Unidad Nacional. Ese retorno tendrá un costo para el gobierno: deberá mantener las cuotas ministeriales al Partido, ofrecer nuevos beneficios y la sucesión en la Procuraduría. Algunos miembros dicen que el gobierno también les debe permitir un margen de independencia crítica frente a temas como el proceso de paz o la reforma tributaria estructural.
Desde las toldas liberales se habla de cambiar las alianzas en las mesas directivas en el Congreso de tal manera que el partido Conservador tenga la presidencia del Senado en el tercer año, desplazando al partido de la U para el cuarto año. De lograrse la modificación, el Partido conservador tendría un mayor protagonismo en el tema de la Paz y de la Reforma Tributaria y Efraín Cepeda ocuparía el máximo cargo en el Congreso a partir de julio de 2016. Lo que no se sabe es si los miembros del Partido de la U estarían dispuestos a ceder la presidencia del tercer año.