La gran tormenta de nieve y fuertes vientos que paraliza desde este sábado la costa este de Estados Unidos se intensificó hoy en diez estados y amenaza al área de Nueva York, donde se temen acumulaciones históricas e inundaciones. Diez estados y la capital, Washington D.C., están en estado de emergencia por una tormenta que afecta a 85 millones de personas, mantiene a 33 millones en máxima alerta y ya ha causado al menos 18 muertes.
La tormenta comenzó a intensificarse en la noche del viernes y, a medida que avanza hacia el norte, empeora su pronóstico: la nieve ya no es el único problema, ahora las autoridades temen las inundaciones, que ya han comenzado en la costa de Nueva Jersey. Nueva York fue esta mañana el último estado en declarar la situación de emergencia, ya vigente en Washington D.C., Maryland, Virginia, Pensilvania, Carolina del Norte, Tennessee, Kentucky, Delaware, Nueva Jersey y Georgia.
La fuerte tormenta, bautizada como Jonas por The Weather Channel, podría convertirse en la mayor nevada de la historia de Washington D.C. con 76 centímetros de acumulación y situarse entre las peores cinco nevadas de Nueva York en más de un siglo, con 75 centímetros.
La circulación de vehículos en la ciudad de Nueva York está prohibida desde las 14.30 hora local, medida que afecta también a Long Island, que se extiende al este de la isla de Manhattan.
Las autoridades de Nueva York también decretaron el cierre de los puentes y túneles que enlazan a la isla de Manhattan con el resto del país a partir de la misma hora, algo que ya se ha coordinado con el vecino estado de Nueva Jersey.
La gran avenida de los teatros neoyorquinos, Broadway, canceló todos los espectáculos previstos para hoy ante el llamado del alcalde, Bill de Blasio, a que todos los establecimientos envíen a sus trabajadores a casa. También se han cancelado las grandes competiciones deportivas que iban a celebrarse mañana en Washington D.C., Filadelfia, Nueva York y otras ciudades afectadas.
Las peligrosas condiciones en las carreteras, provocadas por el viento y la nieve, han causado la muerte de al menos diez personas, seis en Carolina del Norte, dos en Tennessee, una en Virginia, y una en Kentucky.
Además, otra persona murió mientras retiraba nieve en Maryland. Decenas de personas quedaron atrapadas más de 12 horas en una autopista de Kentucky y otras tantas vivieron la misma situación en una autopista de Pensilvania y en una de Virginia Occidental.
Otra de las consecuencias más temidas de la tormenta son los cortes eléctricos a gran escala, que hasta ahora han afectado sobre todo a Carolina del Norte, donde alrededor de 150.000 personas se quedaron sin servicio. Washington D.C. mantiene cerrado el transporte público de la capital, que sirve a los vecinos estados de Maryland y Virginia, mientras que Nueva York canceló el transporte de autobús y los trayectos exteriores del metro.
La tormenta afectará a un total de 85 millones de personas y a los 33 millones que viven en las zonas más amenazadas se les ha pedido que eviten salir de casa si no es absolutamente necesario.
El tráfico aéreo se ha visto muy afectado por la tormenta, con 3.688 cancelaciones este viernes, 4.903 este sábado y 1.578 mañana, según el recuento de la web FlightAware.
El aeropuerto Ronald Reagan, el más cercano a Washington aunque situado en Virginia, amaneció hoy con 35 centímetros de nieve y en la base aérea de Langley (Virginia) se alcanzaron vientos de 120 kilómetros por hora. El pronóstico de la tormenta, que comenzó ayer, es que dure al menos hasta la noche de hoy y deje máximos de hasta 76 centímetros de nieve con vientos de hasta 96 kilómetros por hora.
La gran tormenta también afecta a la campaña electoral
El precandidato republicano a la Casa Blanca Chris Christie se fue este viernes de Nuevo Hampshire, donde pronto se celebrará una de las primarias clave, para ejercer su tarea de gobernador de Nueva Jersey durante esta situación de emergencia.
Las autoridades de Washington D.C. y Nueva York, las ciudades más afectadas, insisten en que lo peor de la tormenta está por venir y piden a sus ciudadanos que no salgan de casa por su seguridad y para facilitar el trabajo de las máquinas quitanieves. Ya se prevé que se tardarán días en volver a la normalidad cuando termine una tormenta que parece estar cumpliendo el pronóstico de que será una de aquellas que se cuentan a los nietos.
EFE