El Ojo del Halkón
Por Rubén Darío Mejía Sánchez
BOGOTA, 17 de Enero_ RAM_ Hacía mucho tiempo que no podía ir tranquilamente a comprar algunas cosas al supermercado, que por cierto está bastante caro, y no lo hacía por falta de tiempo, como por problemas de salud y porque ya me estaba aburriendo de ir a la calle para soportar los trancones y hacer filas para todo, cosa que no estaba acostumbrado, pues antes la vida era más lenta y tranquila, y tuve la oportunidad de encontrarme con algunos colegas que me hablaron de la crisis en la que anda el periodismo no solo en Colombia sino en el mundo, aporreados por la tecnología que ha hecho que la gente aprenda a escribir y cometa muchos errores de ortografía y ya cualquiera pueda ejercer el oficio del periodismo simplemente porque escribe una nota, así sea más escrita, pero lo peor de todo fue lo que escuché de uno de los colegas que me encontré “el periodismo hoy en día es un oficio de caníbales, porque nos matamos unos a otros con tal de sobrevivir”.
Estas palabras me hicieron pensar y recapacitar sobre muchos asuntos de la vida personal, de la vida nacional e internacional, porque de verdad no solo los periodistas modernos se han vuelto caníbales, sino los hombres en todos los oficios en donde solo importa sobrevivir, sin importar el daño que le podamos hacer los unos a los otros.
Y empecemos por casa. Colombia está enfrentado a un año bastante difícil en donde tiene que enfrentar un Fenómeno del Niño atroz, una justicia que no quiere caminar y que lleva así varios años, porque si como fuera novedad, acaban de regresar de vacaciones judiciales en un paro nacional, perjudicando procesos civiles y de familia y anunciando que se ampliará a la parte penal, porque el asunto es plata y el Gobierno no quiere ceder a sus pretensiones, y es que la modernización que se quiere hacer en este campo es buena porque los procesos serían más ágiles, pero también es malo que el recorte de personal sea tan fuerte que el número de desempleados sea cada día mas grande y como decía mi abuelo, en este campo, la verdad la tiene el que sabe de eso y para eso “Padres” tiene la Santa Madre Iglesia.
Como si lo anterior fuera poco, se nos anuncia una reforma tributaria, la que a pesar de lo que diga el Gobierno va a ser demasiada dura pues se impondrá IVA al huevo y a los útiles escolares y eso que el Gobierno habla de contar en el futuro con un país educado y de cerrar la brecha en el campo del analfabetismo.
Nos estamos muriendo de sed, estamos soportando un Fenómeno del Niño y hemos recibido una de las noticias más malas que curiosamente no fue destacada en titulares como debía de haberse hecho, como fue la venta de ISAGEN, y como decía uno de los caricaturistas este domingo, solo falta que en el transcurso de la semana o del mes de este fatídico enero, salga el presidente Santos a anunciar que se vende la mula que acompaña a Juan Valdez.
Vendemos la electricidad, cuando no tenemos agua, subimos un salario mínimo, el que según dicen los señores de las centrales obreras, no alcanzará, y en eso tienen razón porque los reajustes en los recibos de los servicios públicos, matriculas en los colegios, administraciones en los conjuntos residenciales, peajes, transporte público y privado suben y suben y suben, y los grandes asesores del Gobierno siguen aconsejando a este que es necesario imponer nuevos impuestos y eso mismo piensan la mayoría de alcaldes y gobernadores que encontraron sus regiones totalmente destruidas por los malos gobiernos, que como en el caso de Bogotá, el ex alcalde Petro quiso llevarse todo, hasta el punto que se apoderó de las cuentas electrónicas a las que simplemente les cambió el nombre, pues ya no se llaman Bogotá Humana, que sin ningún reparo las pasó a llamar Colombia Humana, lanzando así su pre candidatura a la que seguramente un gran número de colombianos responderán, porque de memoria poco, poco los colombianos, quienes en vez de castigar las malas administraciones, las premian.
Estamos en un proceso de paz, un proceso de paz bastante enredado (que conste que he sido de los que más deseo este proceso de paz y optimista sobre el mismo), pero al ver y escuchar las exigencias y contradicciones por parte de las FARC, me hacen dudar que el 23 de marzo se firme ningún acuerdo de paz, mucha gente quiere sacar ventaja de esto, y creo que el Gobierno en algunos momentos no ha dicho la verdad, y lo peor del caso es que ha estado ensillando la mula sin haberla comprado y no ha tomado en cuenta que en Colombia tiene enemigos de peso, como es la oposición y grupos que pueden hacer mucho daño en el momento de hacer un plebiscito o de consultarle al pueblo lo que quiere, porque para hacer mal ambiente y mala prensa, los colombianos somos los campeones.
No aprendemos de los mexicanos, quienes en este momento pasan por una gran crisis, que tiene relación con la fuga y detención del “Chapo” Guzmán, pero mientras en Colombia hicimos toda la más mala prensa que pudimos con relación a las actividades de Pablo Escobar, en México siguen defendiendo a sus autoridades y a su pueblo.
La politiquería y la corrupción están acabando con Colombia, y aquí nada de lo que se hace está bien, sin tener en cuenta que si no estamos unidos vamos rumbo al fracaso en medio de una crisis económica mundial que se avecina con todo lo peor por la baja del precio del petróleo y la devaluación del peso ante el dólar, crisis que podríamos soportar si nos dedicáramos a trabajar y a dejar trabajar y a no bloquear iniciativas en el Congreso por bloquearlas, y en donde el Gobierno debe de hacer las cosas de manera seria para evitar que por querer darle todo al proceso de paz, se quede bloqueado todo el país en los diferentes campos sociales y económicos.
Que no estemos al frente simplemente del relanzamiento de la campaña presidencial de Germán Vargas Lleras, sino que cumplamos con la infraestructura y en campos tan importantes como la salud, el trabajo, la educación y la seguridad, la que no sabemos que es lo que está viendo el Gobierno y el Ministerio de Defensa cuando hay problemas internos dentro de la Policía la que quiere tapar con cambios no muy acertados, mientras que en las calles la delincuencia está atemorizando a la ciudadanía.
Si no estamos unidos, no podemos llegar a ningún Pereira y espero que este año no sea el comienzo de momentos supremamente difíciles, sin soluciones para un pueblo colombiano trabajador y honesto.
En el campo internacional quiero hablar de los vecinos, de Venezuela, da pesar que el pueblo de Bolívar no tenga presidente, pues después de escuchar por más de dos largas horas al presidente Maduro, nos dimos cuenta que no sabe en donde está parado y que quiere hacer méritos con indulgencias ajenas, contando entre los logros lo hecho por su antecesor y padrino Hugo Chávez, un cambio de presidente sería lo mejor para el pueblo sufrido de la República Bolivariana de Venezuela.
A los que me preguntan que cuando voy a hablar de Peñalosa, solo les digo que lo hare cuanto comience a gobernar, porque por el momento solo está tratando de arreglar su gabinete después de los enredos y amarres dejados por el señor Gustavo Petro, que quien según informaciones me han llegado, está convocando a un paro nacional por las cosas que no funcionan en Colombia, olvidándosele que su gobierno no fue lo mejor.