Los socorristas escarbaban el domingo entre los escombros de las casas destruidas por los devastadores tornados en Texas que dejaron al menos 11 muertos, elevando a 28 el número de víctimas por los fenómenos meteorológicos que golpean desde hace días el sur de Estados Unidos.
Techos arrancados, fachadas rotas, montañas de vigas mezcladas con coches aplastados e incluso barcos que volaron como si fueran juguetes: los residentes del norte de Texas fueron testigos al levantarse este domingo de escenas de terror.
Una serie de tornados arrasó el sábado la ciudad de Dallas y sus suburbios, y las autoridades temen encontrar nuevas víctimas bajo las paredes desplomadas y dentro de autos volteados. (Vea imágenes de la emergencia)
«Debemos seguir evaluando la situación a medida que avanzamos en la remoción de escombros», dijo el gobernador de Texas, Greg Abbott, en conferencia de prensa.
La localidad de Garland, en el noreste de Dallas, fue golpeada por un tornado la tarde del sábado, sorprendiendo a conductores en la carretera. «Ocho personas murieron en la tormenta», indicó la alcaldía de Garland, aumentando el balance de cinco muertos dado inicialmente.
«Las búsquedas continúan», dijeron las autoridades, que agregaron que 15 personas habían sido hospitalizadas pero sus vidas aparentemente no corren peligro.
«Los daños son enormes», afirmó el aldalde de Garland, Douglas Athas, a la cadena CNN.
El Servicio Nacional de Meteorología (NWS) «determinó que la amplitud de los daños corresponde a un tornado de fuerza 4», un fenómeno que implica vientos arremolinados de 320 km/h, dijo Athas en un comunicado, donde precisó que se trata «del segundo tornado de fuerza 4 que azota el condado de Dallas desde 1950».
El tornado afectó un área de unos cinco kilómetros cuadrados, según las autoridades, dañando cerca de 600 construcciones, principalmente casas particulares.
«Es un duro golpe para nuestra ciudad, todos sufrimos», afirmó a los medios Pedro Barineau, de la Policía de Garland.
«Las autoridades inspeccionan las infraestructuras y evalúan los daños», indicó la alcaldía, mientras las compañías de suministro eléctrico tratan de restablecer el servicio a unos 3.000 clientes que se quedaron sin luz.
La Cruz Roja abrió refugios para acoger a las familias que se quedaron repentinamente sin hogar.
Tres personas murieron por el paso de otro tornado en el condado de Collin, al norte de Garland, según la policía local.
Los internautas intercambiaron sus impactantes fotos de los vórtices de los tornados que se abrieron paso durante en la noche, calificando las escenas de «surrealistas».
Tornados y tormentas de nieve inesperadas
Este es el último episodio de una semana marcada por una ola de tornados en el sur de Estados Unidos, que ha dejado al menos 28 muertos en total y que afectó a millones de habitantes en plenos días festivos de Navidad.
Texas, Misisipi y Tennessee habían resultado especialmente afectados y varios de sus condados declararon el estado de emergencia, una práctica relativamente común en Estados Unidos para contar con fondos de ayuda.
Aunque los tornados son frecuentes en estas zonas, suelen producirse en primavera y son sumamente raros en diciembre. Las temperaturas extremadamente suaves para la estación registradas en la costa este y en el sur contribuyen a la formación de estos fenómenos.
En Washington las temperaturas este domingo llegarían a más de 20°C y a unos 17°C en Nueva York, donde el 25 de diciembre se registró un récord de calor con casi 19°C. Las imágenes de gente paseando en sandalias contrastan con el invierno nevado que los neoyorquinos vivieron el año pasado.
«Todavía se esperan fenómenos meteorológicos peligrosos en el centro del país hasta el domingo», advirtió el Servicio Meteorológico estadounidense (NWS), precisando que «tormentas y varios tornados pueden producirse en Texas».
Tormentas de nieve también podrían afectar a la región que va desde el oeste de Texas hasta Kansas, en el centro de Estados Unidos, mientras se esperan «peligrosas inundaciones» desde el norte de Texas hasta el centro de Illinois, en el norte del país.
Varios estados del sur todavía se encuentran aún en alerta por posibles inundaciones.