Así lo comprobó el trabajo de investigación del estudiante Carlos José Villalba, del Departamento de Biología, quien identificó 10 clases de levaduras en 18 monumentos, principalmente en el tradicional sector de La Candelaria en Bogotá.
El deterioro suele atribuirse a la polución o al vandalismo, este también es causado por microorganismos. Las levaduras encontradas, que hacen parte del reino de los hongos, actúan como tales, pero se pueden confundir con bacterias pues tienen la capacidad de descomponer mediante la fermentación de diversos cuerpos orgánicos, principalmente azúcares o hidratos de carbono.
“Los monumentos están formados por diferentes materiales, no todos son yeso, metal y roca caliza; hay que tener en cuenta los componentes que los están afectando”, advierte Elkin Ruiz, asistente del laboratorio de Microbiología del Departamento de Biología de la Universidad Nacional de Colombia y codirector del proyecto.
El biodeterioro puede definirse como un cambio indeseable en las propiedades de los materiales, y es producido por fenómenos químicos y físicos que conllevan a la degradación y descomposición del sustrato, a causa de la actividad vital de los microorganismos.
En Bogotá, solo el 17 % de los monumentos se encuentran en buen estado, el 45 % ha sido víctima del vandalismo y el 55 % es afectado por la suciedad.
Hongos filomentosos
Para identificar las 10 levaduras mencionadas, se tomaron muestras y se sembraron en medio de un cultivo. Estos morfotipos fueron observados con microscopio y se identificaron hongos filomentosos mediante una técnica conocida como “tinción con azul de lectofenol”, que se emplea para observar hongos.
“Es una tinción simple (un solo colorante) y como tal, está basada en la afinidad del colorante con los componentes de las células, en este caso por las estructuras fúngicas. El azul de lactofenol tiene algunas características que lo hacen apropiado para observar dichas estructuras en los hongos del tipo moho obtenidos en los cultivos por aislamiento”, explica el estudiante Villalba.
El fin de este estudio es identificar rutas metabólicas de microorganismos aislados, para determinar el mecanismo de acción por el cual son responsables del biodeterioro de las esculturas.
Con este objetivo, el investigador realizó lo que se conoce como una prueba de caldo preenriquecido para determinar la anaerobiosis, que es la capacidad que poseen algunos organismos, como hongos, bacterias, parásitos, entre otros, para vivir sin oxígeno molecular libre, y luego estudiar la fermentación en los azúcares dispuestos, en este caso carbono arenisca.
Finalmente, se pasó a un proceso de purificación e identificación que comenzó con el aislamiento inicial y la siembra en un medio de cultivo. Después se aislaron y purificaron los morfotipos encontrados en los microorganismos: colonias de hongos y, principalmente, de levadura.
Una vez purificados se hicieron los montajes para realizar observaciones pertinentes. La determinación se hace mediante el uso de claves taxonómicas y pruebas bioquímicas.
Elkin Ruiz, profesor y asistente, concluye diciendo que la microbiología suele asociarse con la clínica y, comúnmente, con bacterias, pero que sus aplicaciones cubren diversos campos, no solo en la clínica, sino en los sectores industrial, agrícola, farmacéutico y químico.
Bogotá no trabaja en biodeterioro, rama que sí es fuerte en países como México o Argentina. Con información de la Agencia de Noticias UN.