Se ha vuelto normal en Colombia que los candidatos a concejos, asambleas y juntas administradoras locales pasen desapercibidos porque la opinión pública, los medios de comunicación y la ciudadanía en general se concentren en conocer a quienes aspiran a ser gobernantes, mucho más que a los que buscan ejercer el control político sobre estos gobernantes.
Por: Oscar Sevillano
Esta actitud desde mi punto de vista equivocada de la sociedad en general en Colombia, ha permitido que escenarios como los concejos municipales y distritales, asambleas departamentales, juntas administradoras locales y el Congreso de la República, hayan terminado por volverse grandes centros de corrupción y clientelismos en todos el país, donde los proyectos de iniciativas gubernamental como de los mismos políticos, se negocian a diario entre la administración y estos mismos.
Es por esto que considero que es necesario que los colombianos tengan en cuenta que llegó la hora de pensar a que personas se va a elegir para que ejerzan en control local en la administración municipal, distrital y departamental. Es importante escoger un buen alcalde, pero también es importante escoger a unos buenos concejales, y entre los que están y quieren reelegirse, resulta vital el mérito que estos tengan.
Si en Bogotá por ejemplo se pensara en el mérito a la hora de escoger concejales, personajes nefastos que buscan quedarse un tiempito más viviendo del distrito como Jorge Durán Silva, Javier Palacios, Venus Albeiro Silva o Álvaro Argote, no tendrían chance de ser reelegidos, pero es claro que si aspiran, es porque tienen una clientela electoral en la ciudad a la que no van a renunciar, entre otras porque ellos saben que muy bien como es la movida. No en vano les importa cinco lo que de ellos se diga o la investigación que tienen algunos de estos en la fiscalía General de la Nación por su presunta participación en el Carrusel de la Contratación.
También considero que si en Bogotá por ejemplo se pensara en el mérito que tienen quienes buscan llegar al concejo distrital por primera vez, y los conocimientos que de la ciudad tienen, lo mismo que de las discusiones que dentro del cabildo se han dado, personajillos que solo buscan mantenerse vigentes porque se resisten a perder pantalla como el periodista Hollman Morris, tampoco tendrían chance.
Lo que menos necesita la capital es de gente que llega a la política distrital sin tener ni idea de lo que allí se trabaja. La ciudad no está para experimentos, lo que se requiere es de personas capacitadas que sepan y tengan claro a lo que van. Es por esto que uno no entiende cómo es que se presentan candidaturas como la de este comunicador y como la de Ángela Garzón, quien lo único bueno que ha hecho hasta el momento es ser hija del ex vicepresidente Angelino Garzón.
Mucho menos puedo estar de acuerdo en esas herencias políticas de tipo familiar que se vienen conformando en Bogotá, siguiendo el ejemplo de los ex congresistas que tienen investigación por parapolítica o fueron condenados y colocan a sus esposas o hijos para que con su red electoral que han alimentado a base de clientelismo, sigan en el cargo bien sea en el nivel nacional o local.
Ahí tenemos el mismo procedimiento en casos como los de Darío Fernando Cepeda quien tiene investigación por Carrusel de la Contratación y ha puesto a su esposa Luz Marina Gordillo como candidata a sucederlo, y el de Severo Correa quien no se le conoce mérito alguno pero se ha reelegido cuantas veces ha podido y ahora tiene a su hijo Ricardo Andrés Correa buscando su reemplazo.
Estos mismo sucede en cada municipio del país donde caciques electorales conforman su nicho clientelar en los concejos y difícilmente lo sueltan. Es por esto que es necesario que en ciudades como Tunja por ejemplo se reelijan a quienes han hecho mérito y se expulsen a los que llegan al cabildo a calentar puesto, y que entre los que llegan por primera vez, se escoja a quienes sepan a lo que van y tengan conocimiento de la ciudad.
Por lo anterior uno no entendería que no se escogiera a personas sin ningún tipo de cuestionamientos y con una hoja de vida excelente como la candidata de la Alianza Verde Paola Núñez y no tanto en quienes llegan con el apoyo de redes clientelares, sin el más mínimo conocimiento de la zona por la que se supone tendrían que trabajar.
Son justamente candidatos nuevos como Paola Núñez a quienes hay que llevar a la política local, para que desde ahí se comiencen a dar las discusiones que en municipios como Tunja son necesarias para que ciudades como esta, se proyecten en el escenario nacional y dejen de ser vistas como un pueblucho sin la menor importancia, cuando por cuestiones de historias y tradición, este debería ser uno de los lugares obligatorios para quien desee conocer nuestro país.
Como ciudadano ejerceré mi voto en Bogotá para ayudar a que al concejo distrital llegue por primera vez un joven que conoce la capital y siempre se ha preocupado porque desde el cabildo se haga el control político necesario por la movilidad en la ciudad y el transporte en condiciones óptimas. Es por esto que me gusta la candidatura de Fernando Rojas, aspirante por la lista de Alianza Social Independiente e invito también a los colombianos a pensar muy bien en la persona a quien van a apoyar para estos menesteres.
@sevillanojarami