Rechazan petición que hará Amnistía Internacional de despenalizar la prostitución

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Un grupo de famosas actrices está en desacuerdo con la propuesta de despenalizar la prostitución de Amnistía Internacional (AI).

Aunque se trata tan sólo de un documento de trabajo, que la organización Amnistía Internacional debe someter a la votación de sus miembros en la reunión anual que celebrará en la ciudad de Dublín esta semana, ha sido suficiente para desatar un fuerte rechazo, particularmente entre los grupos de defensa de los derechos de las mujeres.

Un grupo de famosas actrices, estrellas de Hollywood, entre las que están Emma Thompson, Meryl Streep, Kate Winslet, Anne Hathaway y Angela Bassett, expresaron su apoyo públicamente a las organizaciones de defensa de los derechos humanos para dar visibilidad al trabajo que hacen y se declararon en desacuerdo con Amnistía Internacional (AI).

Decenas de personas firmaron una carta de rechazo al informe de Amnistía Internacional en el que se plantea la posibilidad de “recomendar a los organismos internacionales y los gobiernos la despenalización de la prostitución”.

En la carta, enviada a los directores de la ONG, los firmantes aseguran que les “preocupa profundamente la propuesta de AI de adoptar una política que llevaría a despenalización de los proxenetas, los dueños de burdeles y consumidores de sexo, los pilares de una industria global del sexo que mueve US$99.000 millones”.

“Aunque Amnistía tardó en entender que los derechos de la mujeres son derechos humanos y en incorporar este concepto a su misión, ha sido vista como un modelo para la movilización del público para asegurar que los gobiernos implementan los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El Borrador de Política sobre el Trabajo Sexual daña esta reputación histórica”, destaca la misiva.

Los responsables de la organización Coalición contra el Tráfico de Mujeres, firmantes también de la carta, aseguraron que coinciden con Amnistía Internacional en que las trabajadoras del sexo no deben ser criminalizadas por los cuerpos policiales o los gobiernos.

Pese a ello, señalan que creen que la total despenalización de la prostitución “convierte a los proxenetas en hombres de negocios” que venden con impunidad “a personas vulnerables con historiales de pobreza, discriminación, falta de un hogar y abuso sexual”.

Ante el revuelo desatado, representantes de Amnistía Internacional aseguraron que todavía están trabajando en el borrador, que se basa en la idea de que criminalizar el trabajo sexual entre adultos puede llevar a un mayor abuso de las trabajadoras sexuales.

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