Denuncian persecución contra prostitutas en Colombia tras el escándalo en la Cumbre

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Panamá, 8 may (EFE).- Las autoridades de Colombia han desatado una supuesta «cacería de brujas» contra las trabajadoras sexuales, tras el escándalo que involucró a algunas de ellas con agentes del Servicio Secreto de EE.UU., denunció hoy en Panamá una organización regional que defiende sus derechos.

En la víspera de la Cumbre de las Américas celebrada en abril en Cartagena de Indias, agentes del Servicio Secreto contrataron prostitutas pero luego se negaron a pagar lo pactado por sus servicios, recordó este martes Elena Reynaga, presidenta de la Red de trabajadoras sexuales de Latinoamérica y el Caribe (Redtrasex).

«Las chicas denunciaron nada más que el atropello y salieron como una caza de brujas (…) no solamente contra ellas (las involucradas directamente) sino que (la Policía) salió a perseguir a un montón», aseguró Reynaga en conferencia de prensa.

A juicio de la activista, esa situación ha «echado para atrás todo el trabajo» que durante los últimos tiempos hicieron en Colombia las organizaciones que luchan por los derechos de las trabajadoras sexuales y que «habían logrado un poco más de respeto» por ese colectivo.

Como ejemplo, Reynaga aseguró que Colombia es el «primer y único país latinoamericano» en el que una trabajadora sexual ganó un juicio laboral, entablado «hace dos años» después de que fuera despedida injustificadamente del prostíbulo donde trabajaba.

«Le hicieron juicio laboral y la compañera lo ganó, entonces esas cosas tiene Colombia hoy, esa contradicción: por un lado persigue a las compañeras por haber salido a reclamar el abuso de estos señores (del Servicio Secreto de Estados Unidos) de querer irse sin pagar por sus servicios, y por otro lado le reconocen uno de los derechos más elementales, como es el derecho al trabajo», resaltó Reynaga.

La representante legal de la colombiana Asociación de Mujeres Buscando Libertad (Asmubuli), Fidelia Suárez, denunció «abiertamente el atropello por parte del Gobierno local de Cartagena de Indias a la mujer que ejerce el trabajo sexual», especialmente «hacia las compañeras que fueron contratadas» por esos agentes estadounidenses.

En entrevista telefónica con Efe desde el municipio de Ipiales, en el departamento colombiano de Nariño, Suárez aseguró que las mujeres implicadas en el incidente con los «niños lindos», como tildó a los agentes del Servicio Secreto estadounidense, han debido «irse» de la ciudad, e incluso analizan la posibilidad de dejar Colombia.

La Asmubuli pertenece a la Redtrasex, fue fundada en 1997 y actualmente está presente en Argentina -donde se encuentra su Secretaría Ejecutiva regional- Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, la República Dominicana y Uruguay.

En el escándalo de Cartagena estuvieron implicados doce agentes del Servicio Secreto que se encontraban como avanzada antes de la llegada del presidente Barack Obama a esa ciudad colombiana, el 13 de abril pasado, de los que al menos nueve han sido sancionados.

Según el diario The Washington Post, los doce agentes contrataron a igual número de prostitutas en Cartagena, pero la decisión de uno de ellos, un supervisor, «de no pagar a una de las mujeres, llevó a que la gerencia del hotel y la policía local alertaran a miembros de la embajada de EE.UU. sobre la conducta inapropiada».

Según versiones de la prensa estadounidense, una de las prostitutas «esperaba 800 dólares en efectivo por una noche con el guardaespaldas presidencial» pero éste le «ofreció solo 30 dólares» una vez prestados los servicios, aunque al final se arregló la transacción por «225 dólares».

Dania Londoño, la prostituta de 25 años que centró el escándalo, declaró el pasado fin de semana a medios colombianos que aceptó mantener relaciones sexuales con uno de los agentes, cuyo nombre dijo no recordar, a cambio de 800 dólares.

Fotografía cedida por la emisora La W de Caracol radio en la que se registró a la prostituta colombiana Dania Londoño, quien aceptó haber mantenido relaciones sexuales con uno de los agentes del servicio secreto de EE.UU., a cambio de 800 dólares, en la víspera de la Cumbre de las Américas. EFE

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