Por: Carlos Villota Santacruz
Bogotá, 17 de Diciembre ¬_RAM_ En la recta final del 2014, Estados Unidos y Cuba iniciaron un proceso de fortalecimiento en sus relaciones bilaterales, con el propósito de dar vuelta a la página a varias décadas aislamiento –bloqueo- por parte de Washington con la Isla.
De esta manera, se comienza cerrar “la puerta al pasado”, para dar paso y construcción un futuro entre Washington y La Habana, donde los protagonistas sean los ciudadanos, en particular de este último país caribeño.
En un anuncio simultáneo, los presidentes Barack Obama –desde la capital norteamericana- y Raúl Castro -desde capital cubana- dieron a conocer «el plan para establecer un nuevo curso en las relaciones» entre ambos países.
El anuncio fue hecho después de la liberación en Cuba del contratista estadounidense Alan Gross, encarcelado en ese país hace cinco años. A su vez, Estados Unidos liberará a tres cubanos condenados en ese país por espionaje.
REPORTEROS ASOCIADOS DEL MUNDO estableció que los mandatarios hablaron durante más de 45 minutos por teléfono, en la primera conversación sustancial a nivel presidencial entre ambos países desde 1961. En su discurso el miércoles el presidente Barack Obama declaró el fin de lo que llamó «el enfoque desactualizado» hacia Cuba.
«El aislamiento no ha funcionado» dijo Obama. «Es momento de un nuevo enfoque».
En un comunicado publicado previamente, Washington reconoció que décadas de aislamiento de Cuba por parte de Estados Unidos, no lograron cumplir el objetivo de «promover la emergencia de una Cuba democrática, próspera y estable». Indicó que en ocasiones, la política estadounidense hacia Cuba «aisló a Estados Unidos de sus socios regionales e internacionales, restringió nuestra capacidad para influir en medidas del hemisferio Occidental».
«No podemos seguir haciendo lo mismo esperando un resultado diferente».
«Hemos elegido cortar el ancla del pasado, porque es absolutamente necesario lograr un mejor futuro: para nuestros intereses nacionales, para el pueblo estadounidense y para el pueblo cubano».
Mientras Obama hablaba en Washington, Castro se dirigía a su propia nación en La Habana.
Raúl Castro, dijo que «los progresos alcanzados en los intercambios sostenidos demuestran que es posible encontrar solución a muchos problemas. Debemos aprender el arte de convivir de forma civilizada con nuestras diferencias».
Adicionalmente, Castro indicó que tendrá que seguirse el diálogo en estos asuntos «en otro momento» y reiteró la disposición de La Habana para «sostener cooperación en los organismos multilaterales, como la organización de Naciones Unidas».
Y aunque reconoció que «tenemos profundas diferencias en materia de democracia, derechos humanos y política exterior» afirmó que Cuba tiene «la voluntad de dialogar sobre todos estos temas».
Puntos clave
La Casa Blanca enumera una lista de lo que llama «los elementos principales del nuevo enfoque del presidente para el establecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba».
Estos incluyen:
Inicio «inmediato» de discusiones con Cuba para restablecer relaciones diplomáticas, suspendidas en enero de 1961.
Restablecimiento de una embajada en La Habana y la puesta en marcha de intercambios y visitas de alto nivel entre los dos gobiernos.
Trabajo conjunto en asuntos «de preocupación mutua» como la migración, lucha antinarcóticos, protección ambiental, tráfico de personas, entre otros.
Incrementar el contacto de las poblaciones y mejorar el libre flujo de información «hacia, desde y entre la población cubana».
Facilitar una expansión en el movimiento de los viajes con la emisión de licencias para personas autorizadas.
Establecer cambios para permitir que estadounidenses ofrezcan entrenamiento empresarial a empresas privadas cubanas y pequeños agricultores.
Facilitar el envío de remesas desde Estados Unidos hacia Cuba: habrá un incremento en el límite de dinero que se permitirá enviar de US$500 a US$2.000 por trimestre -excepto a ciertos funcionarios del Partido Comunista- y ya no se requerirá una licencia específica para los fondos de apoyo para el desarrollo de empresas privadas en Cuba.
Ampliación de los permisos comerciales para ventas y exportación de ciertos productos y servicios desde Estados Unidos, como materiales para construcción y equipo agrícola para pequeños agricultores.
Autorización para que ciudadanos estadounidenses importen productos desde Cuba, como productos de tabaco y alcohol por valor de hasta US$400.
Facilitar las transacciones autorizadas entre Estados Unidos y Cuba, como el procesamiento de transacciones financieras y el uso de tarjetas de crédito y débito para viajeros en Cuba.
Iniciar esfuerzos para facilitar el acceso de los cubanos a las comunicaciones, incluido internet, tanto dentro de Cuba como desde Cuba a Estados Unidos y el resto del mundo. Para ello se autorizará la exportación comercial de ciertos dispositivos de comunicaciones, software, aplicaciones y hardware.
Revisar la forma como se aplican las sanciones a Cuba en terceros países: incluidos otorgar licencias para ofrecer servicios y transacciones financieras a individuos cubanos en terceros países y permitir que embarcaciones extranjeras entren a Estados Unidos después cooperar en ciertos intercambios humanitarios con Cuba.
Iniciar una revisión de la designación de Cuba, en 1982, como «estado patrocinador del terrorismo»: se lanzará una revisión «inmediata» sobre el asunto que será entregada al presidente en seis meses.
Participación de Barack Obama en la Cumbre de las Américas en Panamá en 2015, donde los derechos humanos y la democracia serán asuntos clave y donde se permitirá la participación de la sociedad civil cubana y la sociedad civil de otros países.
Mayor compromiso para incrementar el apoyo de Estados Unidos a la mejora de las condiciones de los derechos humanos y reformas democráticas en Cuba.