«Nos sentimos movidos a pedir que el futuro de América Latina sea forjado por los pobres y los que sufren, por los humildes, por los que tienen hambre y sed de justicia, por los compasivos, por los de corazón limpio, por los que trabajan por la paz, por los perseguidos a causa del nombre de Cristo, ‘porque de ellos es el Reino de los cielos'», dijo el Papa argentino durante la solemne ceremonia.
«Hacemos esta petición porque América Latina es el ‘continente de la esperanza’, porque de ella se esperan nuevos modelos de desarrollo que conjuguen tradición cristiana y progreso civil, justicia y equidad con reconciliación, desarrollo científico y tecnológico con sabiduría humana, sufrimiento fecundo con alegría esperanzadora», añadió.
Por primera vez desde que fue elegido pontífice en 2013 Francisco, en la Basílica de San Pedro se ejecutó la obra marcada por ritmos tradicionales del folclore sudamericano, que fue compuesta hace 50 años por su compatriota Ariel Ramírez.
La obra, organizada en honor de la Virgen de Guadalupe, patrona del continente americano, se presentó bajo la dirección del hijo del compositor, Facundo Ramírez, y contó con la colaboración de la cantante Patricia Sosa.
La misa fue celebrada por 750 sacerdotes, todos vestidos con trajes litúrgicos blancos, la gran mayoría latinoamericanos que estudian o residen en Roma.
Una importante delegación argentina, presidida por la ministra de Cultura, Teresa Parodi, y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, participaron en la ceremonia, transmitida en directo por la televisión del Vaticano.
INFOBAE