La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) está en la mira a raíz de un informe de más de 6.700 páginas, basado en seis millones de documentos internos, que tomó más de cinco años en producirse y cuyo resumen presentado este martes revela detalles de los «interrogatorios mejorados» realizados por la agencia a sospechosos tras los ataques del 11 de septiembre.
El documento de 525 páginas fue compilado por los demócratas en el comité de inteligencia del Senado de EE.UU. y explica cómo la CIA engañó a los estadounidenses y a su gobierno sobre la efectividad del programa de detención e interrogación durante el gobierno del republicano George W. Bush (2001-09), quien en el pasado lo defendió como legal y humano.
La senadora demócrata Dianne Feinstein, quien preside el comité encargado del reporte, aseguró que la investigación recoge la detención secreta en el exterior de al menos 119 individuos y las técnicas de investigación coercitivas en algunos casos pueden considerarse tortura.
Según explica el corresponsal de BBC Mundo en Washington, Thomas Sparrow, el texto narra con espeluznantes detalles cómo a algunos detenidos se les impidió dormir hasta por casi 8 días, en muchos casos de pie y hasta causarles alucinaciones, cómo otros fueron golpeados contra una pared o fueron alimentados a través del recto sin necesidad médica.
«Eso sin contar lo que en inglés se conoce como waterboarding, un controvertido método autorizado por el Departamento de Justicia durante el gobierno Bush que genera en el detenido una sensación de ahogo y que, según el texto, también ocasiona convulsiones y vómito», agrega Sparrow.
Agresivos y poco efectivos
El documento recoge 20 conclusiones que explican, entre otros aspectos, cómo las técnicas de interrogación fueron mucho más brutales y las condiciones de detención mucho más duras de lo que la CIA informó tanto a políticos como a los ciudadanos estadounidenses.
“A finales de 2001 y principios de 2002, los abogados de la Oficina del Consultor General de la CIA revisaron las implicaciones legales de usar técnicas de interrogación coercitivas. Los abogados de la CIA determinaron que “una novedosa aplicación de la necesidad de defensa” puede usarse para “evitar el procesamiento de funcionarios de EE.UU. quienes torturaron para obtener información que salvó muchas vidas”, se lee en el informe.
El comité resaltó el caso del primer detenido de la CIA, Abu Zubaydah, y cómo fue sujeto a una «fase agresiva de interrogación» en la que debió pasar 11 días (266 horas) en una caja del tamaño de un ataúd.
Zubaydah, descrito como el planeador operativo de al Qaeda por funcionarios estadounidenses, duró en una caja aún más pequeña 29 horas. Y también fue sometido a la técnica de ahogamiento, que lo dejó «totalmente inconsciente, con burbujas que salían de su boca abierta».
En uno de sus puntos más importantes, el documento revela que los métodos de interrogación no fueron efectivos para obtener información precisa ni para lograr la cooperación de los detenidos.
Por ejemplo, los autores aseguran que 39 detenidos no produjeron inteligencia mientras estuvieron bajo custodia de la CIA, mientras otros fabricaron datos que generaron problemas en temas críticos, incluyendo amenazas terroristas que la CIA identificó como prioridad.
Sin información, sin supervisión
Así mismo, el informe explica que la CIA entregó información imprecisa de manera reiterada al Departamento de Justicia, lo que impidió un análisis legal adecuado del programa.
Las dudas de los congresistas no fueron respondidas honesta ni completamente. En los reportes a los directivos del Consejo de Seguridad Nacional y funcionarios de la Casa Blanca, la CIA insistió en la continuación de uso de las “técnicas de interrogación mejoradas”, advirtiendo que la “terminación del programa podría resultar en la pérdida de vidas, quizá masiva”.
Algo similar ocurrió en sus relaciones con la Casa Blanca: la CIA no le ofreció datos completos y esto, según el documento, causó que la rama ejecutiva no entendiera lo que estaba ocurriendo en toda su magnitud.
Y para completar, el informe también agrega que la CIA coordinó la entrega de información clasificada a los medios, incluyendo información imprecisa, que entre otros objetivos buscaban evitar una posible acción del Congreso para restringir el trabajo y el presupuesto de la agencia.
El documento concluye que el programa «dañó el estatus de Estados Unidos en el mundo», creó tensiones y afectó las relaciones de inteligencia bilaterales.
Estas técnicas de interrogación fueron prohibidas por el presidente Barack Obama cuando asumió su mandato en enero de 2009, pero el informe dice que la CIA lo concluyó en la práctica antes.
Tras conocerse el informe, el director de la CIA, John Brennan, publicó un comunicado en el que asegura que, contrario a las acusaciones del comité, la CIA no engañó de manera sistemática a los estadounidenses y la inteligencia obtenida del programa fue crítica para entender a al Qaeda.
«Nuestra revisión indica que las interrogaciones de detenidos con quienes se usaron técnicas de interrogación avanzadas sí produjeron inteligencia que ayudó a frustrar planes de ataque, capturar terroristas y salvar vidas», dijo Brennan.
Sin embargo, también reconoció que se cometieron errores, en especial al comienzo del programa, cuando la CIA no estaba preparada para la magnitud de la operación para detener e interrogar a los prisioneros.
Los líderes republicanos del Senado insistieron que los métodos ayudaron a capturar a sospechosos importantes y a matar a Osama bin Laden, quien murió en Abbottabad, Pakistan, en mayo de 2011.
BBC MUNDO