Venezuela impulsa un boicot regional a la OEA

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Antes de partir a Cuba para un nuevo tramo de su tratamiento contra el cáncer, el mandatario venezolano instruyó a su flamante Consejo de Estado para que tome las mediadas necesarias para iniciar la salida de su país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que en reiteradas ocasiones ha cuestionado su gobierno. Entonces, justificó su decisión en la presunta sintonía de órgano con los Estados Unidos, país al que considera su enemigo.

Pero la embestida no quedó allí y, una vez más, el gobernante busca que otros países de la región se sumen a su cruzada contra la Organización de los Estados Americanos (OEA), de la que depende la CIDH. El encargado de llevar la voz cantante en esta ofensiva fue el ministro de Relaciones Exteriores, durante un encuentro en Cartagena, Colombia.

«Hermanos de América Latina y el Caribe: ha llegado el momento de desmontar esa estructura decadente de la Corte Interamericana (de Derechos Humanos, CorteIDH) y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)», dijo Maduro ante los micrófonos de la prensa, mientras participaba en la reunión de la Unión de las Naciones Sudamericanas (Unasur).

La CIDH «ha perdido toda su función y ha pretendido convertirse en un tribunal supraconstitucional dictándole a los países cómo deben ser sus leyes, tratando de inmiscuirse en las decisiones judiciales internas de nuestros países», argumentó.

Tras esa denuncia, el canciller apostó por que desde organismos exclusivamente latinoamericanos como la Unasur y la recientemente creada Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) se vayan «construyendo instancias para garantizar, velar, vigilar los derechos humanos». Pero «desde nuestra experiencia, no desde la de una burocracia internacional controlada desde Washington», aclaró.

El vocero del Departamento de Estado estadounidense, Mark Toner, había considerado el miércoles «profundamente lamentable que Venezuela decida abandonar la CIDH», a la que definió como «una organización única y efectiva en la región».

Maduro salió al cruce de esa declaración y calificó de «insólita» la reacción de los EEUU. «Decimos insólita porque precisamente los Estados Unidos nunca han confirmado ni han firmado el convenio de San José, no forman parte de la Comisión ni aceptan la jurisdicción de la Corte. Así que actúa con un doble rasero, doble moral, una política hipócrita», afirmó.

La CIDH es un órgano autónomo que emite recomendaciones y puede solicitar medidas de amparo a un país para proteger a un demandante, pero sus dictámenes no tienen fuerza jurídica. No existen precedentes de que un país haya decidido abandonar la Comisión, lo que implicaría, de hecho, hacer lo mismo con la OEA.

Chávez es uno de los más críticos exponentes de la OEA en el continente, junto a sus aliados de la Alianza Bolivariana (ALBA). Ese bloque fue el que intentó descalificar la representatividad de la última Cumbre de las Américas, celebrada en Colombia, por no contar con la presencia de Cuba, país que fue expulsado en 1962.

 

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