Unasur busca relanzar integración regional entre esperanza y escepticismo

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Seis años después de conformada la Unasur, la agrupación estrenará con una cumbre su sede en la Ciudad Mitad del Mundo, a unos 14 kilómetros al norte de Quito, con lo que el presidente del país, Rafael Correa, cree que se relanzará el proceso de integración de la región.

En noviembre pasado, Correa dijo que la inauguración supondrá que la capital de la Unasur estará «en el centro del mundo».

Según Correa, las potencialidades de la integración son infinitas, y entre ellas, mencionó la posibilidad de que se cree un salario mínimo regional para regular el mercado laboral y protegerlo de los intereses de trasnacionales que buscan mano de obra barata.

También habló de la creación de centros de arbitraje regional, de desarrollar la conectividad regional, de la interconexión eléctrica, de políticas de defensa conjuntas y de sistema financiero propio, entre otros.

Este jueves, cuando Uruguay asuma la presidencia temporal de la Unasur y el viernes, con la inauguración de la sede, serán fechas históricas para Ecuador y para Suramérica porque van a suponer el relanzamiento del bloque, según Correa.

Esos encuentros y sobre todo el hecho de que Quito acoja la sede de la Unasur, llevan al economista Eduardo Santos, docente de Economía Internacional de la Universidad Católica, a plantearse la posibilidad de que la capital de Ecuador se convierta en «la Bruselas de América del Sur», en alusión a la sede administrativa de la Unión Europea.

«Alienta y da esperanza el hecho de que esta fabulosa ciudad que es Quito sea la capital de Suramérica», dijo Santos a Efe al apuntar su anhelo de que la región emule a la Unión Europea y ésta, a su vez, logre superar sus problemas actuales pues su destino «está ligado a la unión», dijo.

Para Andrés González, director del departamento de Relaciones Internacionales y Ciencia Política de la Universidad San Francisco de Quito, la inauguración de la sede es un «acto meramente simbólico».

«Tengo mucho escepticismo acerca de estos intentos de cooperación», indicó a Efe el politólogo González, quien asegura que se ha creado una organización en una región donde ya hay otras y donde «hay demasiados intentos de cooperación y ninguno llega a ser lo suficientemente fuerte como para ser una señal de una integración cierta».

Consideró que para formar un verdadero bloque debe seguirse el procedimiento que siguió en su día Europa pues, en su opinión, si se retirase de sus cargos a los líderes de la UE, ésta seguiría en funcionamiento, pero «si ahorita removiéramos a todos los líderes de la Unasur, no sé si las nuevas administraciones le pondrían la misma atención», indicó.

Por ello, opinó que se trata de un proyecto que podrá tener duración, pero que está marginado por los intereses nacionales de los países y por las ideologías.

«No creo que la inauguración (de la sede) va a causar que ahora la Unasur resurja y todos nos integremos al estilo de la Unión Europea», añadió González, quien ve un «futuro complicado» para la Unasur porque «no se sabe qué quieren hacer».

Según dijo, sus miembros son aún reacios a ceder soberanía, pese a los deseos de su secretario general, el expresidente de Colombia, Ernesto Samper, de «mover la integración» latinoamericana y hacer que la región tenga una sola voz.

Para Samper, quien gobernó Colombia entre 1994 y 1998, la integración no son solo aranceles y acuerdos de inversión, sino también posiciones comunes frente a la realidad internacional.

EFE

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