Por medio de un comunicado, guerrilleros de las Farc recluidos en la cárcel la Picota en Bogotá señalaron que desde primera hora de este lunes están en huelga de hambre y cese de actividades en protesta por la no atención en salud.
Según los prisioneros, en los distintos patios de esta cárcel los reos se están “muriendo literalmente” y citan el ejemplo de Edinson Martínez León, recluso que fue diagnosticado «que si no era tratado antes de un mes seguramente habría que amputarle su pierna»; además de otros casos similares en extremidades superiores e inferiores, “con materia e infecciones”, indica la comunicación.
Sobre los casos más relevantes, los presos señalan a Neil Rusel Garay González, quien tiene una herida de bala en rodilla Izquierda; José Alexander Hormaza Calderón, herida de bala pierna derecha; Isaac Arias López, herida de bala en brazo derecho; Marco Tulio Ochoa Montiel, infección aguda visual; Luis Fernando Reyes Francisco, diabetes crónica entre otras; Nelson Romero Sanchez, prótesis pierna derecha; Luis Emiro Rojas Pérez, círugia mano izquierda; Orlando Albeiro Traslaviña Díaz, ortopedia, oftalmología, otología y urología; José Guillermo García Salazar, enfermedad cardiorespiratoria; Óscar Darío Manrique Giraldo, afectación en pierna, y Hermes Mayorga Manguer, quien anda en muletas con problemas de infarto y otros.
A su turno Alejandro Álvarez, de la Federación Colombiana de Trabajadores del Sistema Penitenciario y Carcelario (Fecospec), señaló que las muertes de reclusos en las cárceles, no es tema nuevo.
“Como no tenemos el cubrimiento de remisiones de salud, este puede ser un tema que se extienda a otras cárceles del país, donde de igual forma la salud es precaria, la alimentación es precaria; los internos se está muriendo en las cárceles, porque Caprecom los está dejando morir, los internos están abandonados en las cárceles colombianas”, señaló Álvarez.
Para el funcionario, ninguno de los internos está exento, se están muriendo en las cárceles y por tanto ese punto está incluido en la operación reglamento, también la humanización de la situación dentro de los penales.