Bogotá, 22 de Octubre ¬_RAM_ Tras su regreso de Roma (Italia), donde representó a la iglesia católica en Colombia en el Sínodo de Obispos que concluyó el pasado domingo, monseñor Luis Augusto Castro, presidente de la Conferencia Episcopal, señaló que el propósito de esta cita es buscar nuevos caminos para servir a la familia.
Explicó que no se pueden dar conclusiones, pues el sínodo se divide en dos partes y la segunda se cumplirá el año próximo. “Tenemos un año para reflexionar sobre toda esta temática y luego sí conocer las conclusiones que el papa Francisco nos dará”, dijo.
Monseñor Castro resaltó el mensaje del sumo pontífice de no tener miedo a la novedad y abrirse a nuevas formas para ayudar a la familia, e insistió en que se debe mirar hacia otras formas de familia y no pasar como si solo interesara las que están bien constituidas. “Hay familias que viven así no más, sin matrimonio, pero puede haber amor, responsabilidad, sacrificio; a estas hay que ayudarlas también. Y a las que han optado por su matrimonio civil, también hay que ayudarlas”, dijo.
Frente a los homosexuales, el presidente de la Conferencia Episcopal dijo que hay que acogerlos. “Acoger a las personas homosexuales tiene que ser lo más obvio para la iglesia y las familias cristianas. Muchas son personas de fe, están unidas a la iglesia, trabajan en la pastoral y se pueden sentir rechazadas por la iglesia. Lejos estamos de tener una actitud de discriminación o rechazo”, apuntó.
Sin embargo, dejó claro que el trato no se puede confundir con aceptar el matrimonio entre personas del mismo sexo. “Eso es otra cosa, una sociedad que se quiere formar, pero nunca la pondremos al nivel del matrimonio cristiano. Estas personas son dignas, las unas como las otras. Ese afecto y comprensión hay que tenerlos con todas”, insistió.
Donde sí hubo una posición más flexible fue con los divorciados. Monseñor Castro confirmó que la iglesia busca cómo favorecer a la familia en procesos como el de anulación matrimonial, que hoy puede tardar dos o tres años. Dijo que planteó reducir esos procesos para hacerlos más sencillos y rápidos.
Explicó, además, que hoy en día la anulación matrimonial afronta una doble instancia que alarga las cosas. Una propuesta fue dejarla en una sola, algo que se va a estudiar. Así mismo, señaló que cifras indican que de los matrimonios civiles el 86 por ciento se divorcia, mientras que de los católicos, solo el 14 por ciento se divorcia. Por eso, el llamado de la Iglesia es mirar otras formas de familia, que están en proceso de formación, para ayudarlas a que opten por el sacramento del matrimonio.
Acercamiento entre Santos y Uribe, clave para la paz
En rueda de prensa en el Episcopado, monseñor Castro, quien ha participado en los diálogos de paz entre Gobierno y Farc en La Habana, confesó que le habría gustado invitar al presidente Santos y al expresidente Uribe para que hablaran de paz. “No me atreví a decirlo ante los medios y es mucha pretensión mía, pero que los dos se encuentren en torno a este tema puede ser muy iluminador, porque el expresidente Uribe tiene intuiciones muy importantes sobre la paz como las tiene el presidente Santos y se pueden enriquecer, y tal vez hicieran un pequeño pacto de paz”, dijo.
Reiteró que ese choque no tiene que ver con si se quiere o no la paz sino a cuáles son los mejores medios para lograrla. “Para algunos se quiere a través del diálogo, pero para otros mediante la acción militar. Nuestra historia ha tenido las dos cosas, pero deja rezagos como lo que ocurrió en el Caguán, cuando se hizo una comedia. Muchos pensaron que el diálogo iba a superar todo y al final no se logró nada. Eso generó un pesimismo terrible en la población colombiana, unos lo han superado, otros se mantienen en la acción militar”, apuntó.
Por último, calificó de positivo el diálogo con el Eln, pero insistió en que con esta guerrilla ha sido complejo, pues en el momento de las decisiones se retira de la mesa.