No era al Presidente, Juan Manuel Santos, a quien le incomodaba el proyecto de Ley de Baldíos presentado por el Ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde. Era a las Farc y sus negociadores en La Habana.
Los negociadores no sólo presionaron, y consiguieron, el retiro del proyecto del Congreso, sino que van a “revisar” el nuevo texto durante el fin de semana junto con altos funcionarios de la Casa de Nariño para “armonizarlo” con los acuerdos suscritos con la guerrilla. Para decirlo con las palabras del ministro Rubén Darío Lizarralde en el programa Hora 20 de Caracol Radio.
Es decir que el martes, si el Ministro de Agricultura logra cumplir su promesa de presentar un nuevo proyecto de Ley ese texto habrá sido concertado con las Farc.
Fue la guerrilla y no el Presidente o alguien de su Gobierno la que cayó en cuenta de la ambigüedad de los artículos 20 y 21 del Proyecto de Ley. Ambigüedad que puede servir para legalizar la acumulación ilegal de baldíos en la altillanura.
¿Es la guerrilla que empieza a cogobernar y colegislar?