Sorpresa en la elección: un clérigo moderado será el nuevo presidente de Irán

Compartir:

En un giro inesperado en las elecciones presidenciales de Irán, el reformista moderado Hassan Rohani se impuso con el 50,7 % de los votos frente a los cuatro candidatos ultraconservadores respaldados por el régimen islámico. Pese a que el ganador es también parte del poder institucional de los clérigos, para la población encarna la posibilidad cierta de mitigar las rígidas leyes religiosas, mejorar la situación económica y destrabar el diálogo con las potencias occidentales en la disputa por el plan nuclear.

Con inteligencia, en el primer mensaje que dio a la población Rohani remarcó las diferencias que lo alejan de los fundamentalistas e hizo hincapié en ese perfil renovador que le dio el apoyo popular . “ Esta es la victoria de la inteligencia, de la moderación, del progreso sobre el extremismo ”, afirmó. Para los analistas, el éxito de Rohani consistió en movilizar a buena parte de los reformistas desencantados y al electorado ajeno al régimen islámico, que aún recuerda la sangrienta represión a las protestas que se levantaron en 2009 cuando sospechosamente se le concedió el triunfo al mandatario saliente, Mahmud Ahmadinejad.

Rohani, un clérigo de 64, aplastó a sus rivales con una diferencia abismal. Según datos del Ministerio del Interior, segundo se ubicó el veterano militar y alcalde de Teherán, Mohamad Bagher Qalibaf, quien obtuvo 16,5% de respaldo en las urnas. El delfín del establishment religioso y económico, Saed Jalili, terminó en tercer lugar con sólo 11,3% de los votos. Los dos ex funcionarios imputados como autores ideológicos del atentado a la AMIA, Mohsen Rezaei y Alí Akbar Velayati, apenas lograron un puñado de sufragios.

El amplio margen a favor del reformista y ex jefe de los negociadores nucleares, favorecido por una alta participación que llegó al 72 %, fue suficiente para darle una victoria definitiva y evitar un ballotage, mecanismo que se activa sólo en caso de que el ganador no supere el 50%. Así demostró la fuerza de la oposición en el país, incluso en un sistema que se opuso tenazmente a todo proyecto político antagónico. El régimen teocrático prohibió participar en la contienda a los candidatos más críticos, permitiendo sólo la presencia de ocho candidatos –después se redujo a seis por renuncias– que en general respaldaban a ultranza al líder supremo. Sin embargo, la oposición se inclinó por Rohani como el menos objetable, que pasó a ser el candidato reformista de facto.

Dentro de su postura moderada, durante la campaña Rohani había endulzado los oídos de los iraníes comprometiéndose a defender los derechos de las mujeres y las minorías, impulsar las libertades sociales y el pluralismo político, revertir la crisis económica y romper con el aislamiento internacional. Ayer, durante los festejos en las calles de Teherán, la gente destacaba esas promesas. “Estaré abocado a lo que prometí al pueblo iraní y no me detendré hasta el final”, afirmó el presidente electo en su mensaje por televisión.

Su elección abre el camino –aunque no se podría asegurar con certeza– a una flexibilización en las negociaciones con las grandes potencias por su plan nuclear, para lograr así levantar las sanciones que viene aplicando al país el Consejo de Seguridad de la ONU. Poco después del anuncio de los resultados, Estados Unidos dijo estar preparado para un contacto “directo” con Irán para tratar de alcanzar “ una solución diplomática que satisfaga totalmente las preocupaciones de la comunidad internacional sobre el programa nuclear iraní”. En el mismo sentido se pronunció Francia. En un comunicado el ministro de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, declaró que “las expectativas de la comunidad internacional respecto de Irán son fuertes”. Desde Londres, el canciller británico llamó a Rohani a que “aproveche la oportunidad para poner a Irán en un nuevo camino para el futuro”.

El que marcó su escepticismo fue Israel, viejo enemigo del régimen iraní. “Hasta hoy el programa nuclear de Irán fue decidido por el líder supremo –ayatollah Ali Jamenei– y no por el presidente del país”, afirmó en forma seca un vocero del ministerio de Relaciones Exteriores. Y agregó que juzgarán a Rohani “por sus acciones en materia de cuestiones nucleares y terrorismo”.

Con Agencias

Compartir: