La comida de los liberales con Santos

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Cuando ya comenzaba a oscurecer el cielo capitalino el pasado jueves, el anfitrión, representante Simón Gaviria, llegaba a su apartamento en el norte de Bogotá. Todo estaba preparado, la idea era que al son de una comida los asistentes le presentaran al presidente de la República, Juan Manuel Santos, su total respaldo.

Comenzaron primero llegando los mandatarios locales y regionales. Por la puerta del apartamento circularon: Aury Guerrero, gobernadora de San Andrés; Juan Gossaín, Gobernador del Bolívar, Julio Cesar Guerra, gobernador de Sucre; Juan Carlos Granados de Boyacá y Alan Jara del Meta.

El hermetismo frente a las cámaras marcó la noche, fueron muy pocas las declaraciones que dieron a los medios los ministros liberales que asistieron a la comida. Los rojos del Gabinete que hicieron presencia fueron, Fernando Carrillo, ministro del Interior; Alejandro Gaviria, ministro de Salud, Rafael Pardo ministro de Trabajo y el ministro de TICS, Diego Molano.

Los cuatro ministros, 10 gobernadores, 8 alcaldes liberales y el Presidente comentaban las críticas y los avances del proceso de paz.

Al parecer se dijo que otro grupo guerrillero diferente a las Farc pronto daría muestras para que se inicien más diálogos con el Gobierno.

Ya había pasado una hora y entre pregunta y pregunta el gobierno fue revelando que al parecer las Farc pronto realizarán gestos de paz independientes.

El presidente alegre por la cofradía, enconó la voz y dijo: «como buen jugador de póquer jamás me he resteado. Sin embargo, tengo suficientes elementos para jugarmela a fondo por el proceso de paz, me la voy a jugar toda».

Cuando ya terminaba la comida entró por la puerta el Fiscal General, Eduardo Montealegre, se disculpó por la tardanza y se integró rápidamente al ambiente de cordialidad, al parecer estaban hablando de la posibilidad de prorrogar el periodo presidencial por dos años para sellar el proceso de paz.

El presidente de la colectividad Simón Gaviria dijo que no se podían cambiar las reglas de juego a última hora, pues esas habían sido las críticas que se le hicieron al gobierno anterior.

Así las cosas, tanto unos como otros terminaron de cenar, se habló de los departamentos, del post conflicto, de una posible refrendación de los acuerdos y sobre todo, los liberales le recordaron al presidente que “esta es su casa”. Vía Colprensa

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