LA LEY DEL MONTES | Garrote y zanahoria

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POR OSCAR MONTES

@LEYDELMONTES

¿Qué tareas dejó asignadas Mie Pompeo, Secretario de Estado de Estados Unidos, luego de su entrevista con el presidente Iván Duque?

La visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, a Colombia para entrevistarse con el presidente Iván Duque, se vio opacada, como ocurre casi siempre, por la anécdota y los apuntes humorísticos, que corrieron por cuenta de la mención del mandatario colombiano al papel que habrían jugado los “padres fundadores” de aquel país en la Independencia de Colombia.

De esta manera, lo que era un encuentro de gran trascendencia para Colombia -hasta el punto de que Duque no asistió a la posesión de Jair Bolsonaro como nuevo presidente de Brasil- terminó convertido en un festín para los caricaturistas, que no se cansan de sacarle punta al ‘gaffe’ de Duque.

La visita de Pompeo a Colombia dejó una serie de asuntos pendientes que deberán ser resueltos por Colombia en los próximos meses, pues todos tienen el rótulo de “importantes y urgentes”. De ellos hay dos que sobresalen: manejo de relaciones con Venezuela y lucha contra el narcotráfico. Ambos serán monitoreados con lupa por Estados Unidos, que tomará atenta nota de las decisiones que adopte el gobierno de Duque.

En su encuentro con el presidente collmbiano, Pompeo se mostró complacido con el papel que ha venido jugando el país en la búsqueda de una solución a la crisis venezolana, en especial en lo que tiene que ver con el rol que jugará el llamado “Grupo de Lima”, donde el país ha sido protagonista en las últimas semanas.

Pero el Secretario de Estado de Estados Unidos también fue claro al enviar un mensaje en el sentido de que su país espera un mayor protagonismo tanto de Colombia como de Brasil en la búsqueda de la salida a la crisis de Venezuela. “Estados Unidos siempre quiere más y en esta oportunidad no será la excepción”, me dijo un asesor de la cancillería colombiana.

Pero si la zanahoria al gobierno colombiano corrió por cuenta del papel estelar de Colombia en la superación de la crisis venezolana, el garrote se hizo sentir por el lado de la lucha contra el narcotráfico y los cultivos ilícitos, donde Estados Unidos no solo cuestionó lo hecho por Juan Manuel Santos, sino que considera que lo que ha hecho el actual gobierno no es suficiente.

Aunque Pompeo manifestó que Estados Unidos debe hacer mucho más para combatir el consumo -algo que fue interpretado por Colombia como un avance y una especie de ‘mea culpa’-, lo cierto es que Estados Unidos considera que Colombia está en deuda en la lucha contra el narcotráfico y los cultivos ilícitos.

Prueba de ello es que a finales del año pasado el presidente Donald Trump estuvo a punto de descertificar al país al considerar que no estaría lo suficientemente comprometido en la lucha antidrogas. La llegada de Duque al poder en agosto -y su nueva visión del problema, muy distinta a la de Santos- habría llevado a Trump a reconsiderar su decisión inicial.

Estados Unidos está muy preocupado por el incremento de los cultivos ilícitos en el país desde el año 2013 y por ello insiste en la aspersión con glifosato como una eficaz alternativa para poner freno a esta tendencia. Esa preocupación no ha desaparecido en la agenda estadounidense. Así lo entiende también el presidente Duque, quien deberá buscarle ahora una salida a una realidad que se fundamenta en una decisión de la Corte Constitucional, que prohibió la aspersión con glifosato por considerar que afecta de forma grave la salud de las personas que habitan las zonas que son blanco de las aspersiones. No obstante, Estados Unidos espera que Colombia retome la aspersión con glifosato, como muestra de su compromiso en la lucha contra los cultivos ilícitos. ¿Qué le espera a Colombia luego de las tareas asignadas por el Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo?

Zanahoria: Reconocimiento al liderazgo sobre Venezuela

A diferencia de Juan Manuel Santos, que lo tuvo dentro del club de sus mejores nuevos amigos mientras negoció con las Farc, Iván Duque ha sido contundente en su rechazo al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Su discurso como candidato presidencial sigue siendo el mismo como Presidente. Estados Unidos reconoce esa coherencia de Duque y así lo expresó el secretario Pompeo. Pero aún así quiere que Colombia sea mucho más determinante en la búsqueda de la salida a la crisis en el vecino país. Lo mismo espera de Brasil, ahora conducido por Jair Bolsonaro. Colombia jugó un papel fundamental en la decisión del Grupo de Lima de declarar la “ilegitimidad” del nuevo mandato de Maduro, así como el acompañamiento y respaldo a las decisiones de la OEA. Por ese rol es que Maduro no duda en calificar como “títeres de Estados Unidos” a Duque y Bolsonaro.

Garrote: Rajados en la lucha contra los cultivos ilícitos y el narcotráfico

Colombia es hoy por hoy el mayor productor de cocaína en el mundo. Punto. Así de simple y así de contundente. Ese deshonroso lugar es producto de 209.000 hectáreas sembradas de hojas de coca. El negocio significa el 5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. ¡Una verdadera monstruosidad! Cada año el narcotráfico en Colombia mueve unos 16 billones de pesos. Ello significa –para decirlo en plata blanca– mucho más del doble de lo que recibirá el Gobierno por cuenta de la Ley de Financiamiento (Reforma Tributaria) que acaba de aprobar el Congreso. De ese tamaño es el negocio. Estados Unidos tiene las cuentas claras sobre ese asunto: de cada 100 kilos de cocaína que se producen en el país, apenas son incautados unos 42 kilos. De Colombia sale cocaína todos los días por los cuatro costados. La exigencia de Pompeo a Duque es que baje de forma drástica y urgente todas esas escandalosas cifras.

Zanahoria: Respaldo a salida democrática en Venezuela

¿Si Nicolás Maduro es un presidente ilegítimo, como pregona Duque, por qué mantiene relaciones con su gobierno? ¿Qué hace Colombia pidiendo ayuda a un gobierno ilegítimo como el de Maduro, como ocurre al solicitarle que informe sobre la presencia de jefes del ELN en su territorio? ¿El gobierno de Iván Duque reconocerá a Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, como nuevo mandatario del vecino país, tal y como lo proclamó ese organismo de elección popular? Estas son algunas de las preguntas que deberá resolver cuanto antes el gobierno de Duque para saber si recibirá zanahoria o garrote por parte del gobierno estadounidense, que se muestra empeñado en poner fin al régimen chavista en el menor tiempo posible.

La administración de Donald Trump ha sido implacable en su propósito de quitarle todo oxígeno al régimen chavista, como lo demuestran las acciones emprendidas contra la cúpula del gobierno del vecino país cuyas cuentas bancarias han sido congeladas y sus bienes incautados. Estados Unidos ha encontrado en Colombia, ahora en tiempos de Duque, el mejor aliado para seguir cumpliendo con esta misión.

El rompimiento de relaciones con Venezuela tendría sin duda grandes efectos en ambos países, donde residen millones de habitantes de las dos naciones. Mientras en Venezuela se calcula que hay radicados unos 5 millones de colombianos, a Colombia por cuenta de la crisis venezolana ha llegado en los últimos meses más de un millón de venezolanos.

 

El fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez Neira, reconoció que existe “sistematicidad” en el asesinato de líderes sociales y defensores de Derechos Humanos en el país. Para el Fiscal General detrás de los asesinatos hay “organizaciones criminales estructurales”, que operan en todo el país. Aunque Martínez Neira sostuvo que en dicha “sistematicidad” no están involucrados agentes del Estado -como ocurrió en los 80 con el asesinato de dirigentes políticos y militantes de grupos y partidos de izquierda- lo cierto es que al Estado colombiano si le cabe una enorme responsabilidad al no garantizar la integridad y la vida de quienes son voceros naturales de la comunidad y defienden sus derechos, como ocurrió con el asesinato de Maritza Quiroz, en jurisdicción de Santa Marta. Para la administración Trump es fundamental la defensa de la integridad y la vida de quienes asumen la vocería de sectores vulnerables de la sociedad. El incremento del número de amenazas y de muertes es, sin duda, motivo de preocupación para Estados Unidos. Y en ese frente, el gobierno de Duque no ha mostrado los resultados contundentes que todos esperamos. Las amenazas y los crímenes de los líderes sociales y defensores de Derechos Humanos no pueden convertirse en el más grande lunar de las relaciones binacionales de Colombia y Estados Unidos.

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