Falcao, el modelo a seguir

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Por Oscar Montes.

Encontrar un deportista que inspire a una generación no es tarea fácil. En Colombia hemos tenido varios extraordinarios, casi que fuera de serie, como Antonio Cervantes ‘Kid Pambelé’, en su momento el mejor del mundo libra por libra. Pero Pambelé no fue el gran motivador de boxeadores del país, sencillamente porque con su vida personal se encargó de borrar todos sus logros deportivos. Colombia aprendió a querer al deportista pero nunca le perdonó sus escándalos por fuera del cuadrilátero.

En el fútbol el caso más reciente es el de Faustino Asprilla, a quien Arrigo Sacchi, considerado el mejor técnico del mundo en ese momento, definió como el mejor delantero del fútbol europeo cuando el Tino era la mayor atracción del Parma de Italia, equipo al que con sus goles llevó a disputar varias finales. Asprilla era el delantero al que todos los equipos de élite del Viejo Continente querían tener en su alineación. Pero Asprilla jamás entendió que el público que pagaba por verlo jugar también quería que fuera un deportista ejemplar, algo que nunca sucedió, debido a que Asprilla –al igual que Pambelé- terminó siendo noticia más por sus escándalos que por sus logros deportivos.

Otro tanto pasó con René Higuita, uno de los mejores arqueros que ha tenido Colombia, después de Efraín ‘Caimán’ Sánchez, Gabriel Ochoa Uribe o Pedro Antonio Zape. Higuita derrochó talento en las canchas y escándalos por fuera de ellas.

Por todo el anterior es que el caso de Radamel Falcao García merece ser destacado, como en su momento también ponderamos el de Carlos ‘El Pibe’ Valderrama, el mejor futbolista colombiano de todos los tiempos. Se trata de verdaderos modelos a seguir por parte de nuestra juventud. Son inspiradores, pues se convierten en referentes de toda una generación que ve en ellos a alguien a quien quieren imitar, porque su excelencia no ha sido solo deportiva sino personal.

Radamel Falcao García es un inspirador, un deportista dotado de un instinto superlativo como delantero hasta el punto de que hoy por hoy hay consenso a la hora de considerarlo el mejor ‘nueve’. Todo el mundo lo dice, pero nosotros todavía no creemos que ello sea así, quizá porque seguimos teniendo el complejo del hermano menor que nos hace pensar que todos los demás son mejores que nosotros. En Argentina, un comentarista de los quilates de Fernando Niembro no ahorra adjetivos a la hora de hablar de las calidades de Falcao, lo mismo sucede con los redactores deportivos de España, Portugal, Italia o Inglaterra. Pese a ello, aquí en Colombia todavía nos preguntamos, ¿será que sí?

Falcao como goleador tiene iguales o mejores registros que un Messi o un Ronaldo. Es un definidor letal en el área, un cabeceador como muy pocos, pese a que no se trata de un delantero de gran estatura. Su gran fortaleza es su ubicación en el área, su capacidad para desmarcarse y una gran habilidad para saltar en el momento oportuno. A ello hay que sumarle una disposición de lucha, un pundonor y una entrega que lo llevan a pelear todos los balones como si fueran los últimos.

Pero si Falcao como futbolista es un modelo a seguir, como persona no tiene ningún reproche. Jamás se ha escuchado su nombre en medio de un escándalo extradeportivo. Nunca ha sido objeto de denuncias o demandas por agredir a alguien bajo los efectos del alcohol o de las drogas, ni por expresiones salidas de tono en sus múltiples declaraciones, caracterizadas siempre por su mesura. Su comportamiento por fuera de las canchas no merece ningún reproche. Ahí radica buena parte del éxito de Falcao, en una vida personal carente de excesos. Falcao es humilde en la cancha, pero lo es mucho más fuera de ella. Esa es la razón por la cual la mayoría de los jóvenes colombianos sueñan hoy con ser Falcao García. Es el modelo a seguir y su inspirador.

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