El  teatro es importante solo cuando es para hablar de Fanny Mickey: Diego Díaz y Edward González

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Por Oscar Sevillano

Felipe y Leonardo son dos jóvenes adolescentes que estudian en el mismo colegio, en donde  comparten  la mayor parte de su tiempo en medio de sus clases de algebra, geografía, etc., y además participan de actividades deportivas como el fútbol, en donde ambos tienen fama de ser los mejores jugadores del equipo.

Sus días se limitan a memorizar las enseñanzas de los profesores y a desarrollar largas tareas de las diferentes clases que reciben. Sin embargo, esto no es motivo para no compartir su tiempo con los demás compañeros, en donde no pueden faltar las relaciones de noviazgo con las jovencitas de mayores atributos físicos con las que suelen  compartir las primeras experiencias de atracción física en la vida del ser humano con el sexo opuesto.

Todo parece ser maravilloso en unas vivencias de un grupo de adolescentes  en los años 80, que solían disfrutar horas enteras al lado de una grabadora o de un equipo de sonido escuchando las letras de  un fenómeno musical que tomaba fuerza en el mundo entero, en donde se demostraba que un género musical no era propio de un idioma en específico y que se podía cantar en otro, con la misma calidad que se hace en el habla en donde tuvo su origen: el rock en español, que de paso trajo consigo una manera de vestir con colores fuertes y el cabello alborotado, luciendo por primera vez el copete de  un personaje extraterrestre, protagonista de una comedia americana, Alf.

Es también el momento en que poco a poco una voz de un alto número de personas  que se mantuvieron en silencio  por miedo a ser rechazados, comienzan a hablar y a enfrentarse a los prejuicios que durante mucho tiempo fueron infundados por una sociedad de corte conservador, es decir, la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Travestis).

En medio de todo esto, surge un amor que en aquellos tiempos muchos consideraban como “antinatural”, entre Leonardo y Felipe, quienes destapan sus sentimientos en medio de una fiesta que organiza una de sus compañeras de colegio. A partir de ese momento estos dos jóvenes deben hacerle frente, no solo a lo que piensen o digan sus compañeros de colegio, sino además a los miembros de sus familias, quienes fueron educados con unos conceptos de  sociedad bastante ortodoxos, en donde el hombre es para la mujer y el hogar debe estar dirigido y coordinado por el primero, mientras el sexo femenino solo se limita a obedecer y a los que haceres de la casa.  Este sentimiento entre los dos adolescentes, ayuda a que sus demás compañeros conozcan y exploren sentimientos que tenían escondidos,  y que por una u otra razón no habían sacado a flote.

Estas vivencias son narradas en la obra de teatro Un beso de Dick, basada en la novela del escritor  Fernando Molano, que por estos días cumple su décima temporada en la Corporación Teatral Barraca, bajo la dirección de Daniel Galeano. Sus protagonistas Edward González (Felipe) y Diego Díaz (Leonardo), hablaron en entrevista con Óscar Sevillano para Correo Confidencial.

¿Qué aprendizaje les ha dejado interpretar a dos adolescentes que descubren que la persona con la que desean compartir sus sentimientos es del mismo sexo?

Diego Díaz: En lo personal, que debemos ser tolerantes y que no tenemos ningún derecho a agredir al otro por su condición de homosexual. Todas las personas independientemente de si son gays, heterosexuales, bisexuales, etc., sentimos y lo que nos transmite esta obra es justamente eso, respeto hacia las personas,  y en este caso vemos que quienes tienen el deseo de demostrar su amor y decirlo a sus amigos y su familia,  se encuentran con una barrera muy grande.

Edward González: Me deja conocimiento actoral y que hay que aprender a tolerar. Hoy las vivencias pertenecen a los años 80. Hoy día decir “soy gay” es muy fácil, pero en esa época era muy difícil. No más miremos lo que le ocurre a Felipe, quien al ser descubierto por su padre es golpeado y queda ciego. Hoy se está superando ese tema,  aunque sobra decir que  falta.

¿Esta es la primer personaje homosexual que interpretan en lo que va de sus carreras actorales? 

Diego Díaz: Leonardo es el segundo personaje homosexual que interpreto, la primera obra en la que encarné un papel de este tipo se llamó “Los olvidados”

Edward González: Yo actúo desde los 9 años de edad. En todo este tiempo he realizado dos obras de este género. La primera se llamó “Inter” y ésta que es “Un beso de Dick”.

¿Cómo fue la preparación de estos dos personajes que demuestran sus sentimientos con escenas de amor?

Diego Díaz: De la manera más profesional que se puede realizar. En mi caso conté con la ayuda de Edward con quien me pude entender muy bien en lo actoral y eso influyó muy bien en la preparación de los personajes con consejos, diálogos muy abiertos que han permitido que las escenas de desnudos cuenten con esa parte artística que se requiere para que se vea bonita y totalmente natural, libre de morbo. Lo primero fue tener claro que no era Diego a quien le gustan las chicas y tiene una novia quien estaba hablando, sino Leonardo quien se enamora de una persona de su mismo sexo.

Edward González: Tratando de ser profesional a un 100%. La ayuda de mi compañero Diego fue muy importante para lograrlo, con respeto por la estética y por el arte. Si el libreto dice que Felipe debe besar a Leonardo, se lo hace porque son los gustos de Felipe no los de Edward. Encontrar a este personaje fue muy bonito.

¿Qué les han dicho sus familias y sus amigos de esta interpretación?

Diego Díaz: Mis papás no viven en Bogotá, somos de Boyacá, por lo que les queda un poco difícil trasladarse hasta acá a verme en escena, pero ellos conocen lo que hago y me apoyan bastante, lo mismo que mi novia a quien adoro y quien también es actriz, por lo que se cuenta con esa comprensión y también me ha ayudado en la construcción del personaje. Lo  triste es que para los medios de comunicación,  el  teatro es importante cuando es para hablar de Fanny Mickey

Edward González: Mi familia no la ha visto. Sin embargo, conocen lo que hago en el día a día. Mis amigos si, y les gusta, me dicen que se ve con mucho realismo y que les transmite sentimiento lo que me llena de orgullo,  porque me da a entender que el trabajo es bueno. Tengo una insatisfacción y es ver como el arte teatral no cuenta con el apoyo necesario de los medios de comunicación.

¿Han participado en otros trabajos con personajes de gran reconocimiento en el mundo de la actuación?

Diego Díaz: Claro que sí. En mi caso he tenido la oportunidad de participar con personajes de gran reconocimiento en el teatro y en la televisión que es otro mundo.

Edward González: He contado con la suerte de actuar junto a actores de gran calado a nivel nacional como lo es Consuelo Luzardo, María Elena Doering en la película “Mariposas Verdes” y aprender mucho de ellos.

Diego Díaz es un joven actor de 21 años. Ha realizado estudios de actuación en la Casa del Teatro Nacional y en la Stars Actors. Su mayor experiencia actoral ha sido en las tablas, y ha participado también en cine y televisión. Edward González por su parte cuenta con 24 años de edad. Su formación actoral la realizó en la Academia Charlot y su profesionalización en el Politécnico en Pedagogía y Artes Escénicas. Viene participando en la actuación desde los 9 años de edad.

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