Detienen en Nicaragua a dirigente opositor por ataque que dejó cinco muertos

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De acuerdo con el gobierno, Medardo Mairena es el responsable directo de la masacre y asesinato de cuatro compañeros policías y un maestro de primaria.

La policía de Nicaragua detuvo este viernes al dirigente campesino Medardo Mairena, uno de los delegados opositores en el diálogo con el gobierno, al que acusa de la muerte de cuatro policías y un civil en el sureste del país.

«Fue capturado el terrorista Medardo Mairena cuando pretendía huir del país (…) Es el responsable directo de la masacre y asesinato de cuatro compañeros policías y un maestro de primaria» el jueves, anunció la jefa de relaciones públicas de la Policía Nacional, comisionada mayor Vilma Rosa González.

Según la policía, Mairena «organizó y ordenó el ataque», el jueves, contra la delegación de policía y la alcaldía del municipio de Morrito, en el departamento de Río San Juan (sureste), causando la muerte de cuatro oficiales y un maestro de primaria.

La oposición, por su parte, dijo este jueves que el enfrentamiento ocurrió cuando una marcha pasaba cerca del comando policial de Morrito, en el marco de la jornada de manifestaciones convocada por la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.

La policía afirma, sin embargo, que además de ese ataque, Mairena es «uno de los cabecillas de la organización e instalación de los tranques (bloqueos)» que los manifestantes han levantado en las carreteras como parte de las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega.

Desde los tranques, los «terroristas encapuchados con armas de fuego azuzaban a los pobladores, cometiendo homicidios, asaltos, secuestros, torturas, incendios» y otros delitos, dijo la comisionada González.

Mairena es uno de los integrantes de la Alianza Cívica en el diálogo con el gobierno iniciado en mayo con la mediación de los obispos católicos.

El diálogo está actualmente estancado debido a la violenta represión que el gobierno ha emprendido contra las protestas.

Más de 270 personas han muerto en Nicaragua desde que iniciaron el 18 de abril las protestas contra el gobierno de Ortega, quien ha acusado a los manifestantes de «terroristas» y «golpistas».

Ortega moviliza a sus seguidores

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, movilizó este viernes a sus seguidores en caravana de Managua a la rebelde ciudad de Masaya (sur), para contrarrestar un paro laboral de la oposición que, con negocios cerrados y calles medio vacías, exige su salida del poder.

Mercados, bancos, tiendas, gasolineras, restaurantes y pequeñas ventas de comida no abrieron en ciudades y pueblos, en apoyo al llamado opositor pero también por temor a saqueos o asaltos.

«Estoy trabajando por necesidad. Pero el paro es un arma para presionar al gobierno, porque a esta situación no se le ve fin. Los pobres somos los que estamos muriendo», dijo a la AFP Adolfo Díaz, limpiabotas de 67 años, en el solitario mercado Huembes, en el este capitalino, donde hay 4.500 negocios.

En Managua, seguidores de Ortega partieron a bordo de cientos de vehículos y motocicletas, ondeando banderas rojinegras del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda), enrumbándose hacia Masaya, 30 km al sur.

«Queremos demostrar fuerza, que el FSLN no está enterrado, sigue fuerte y representa a la mayoría que somos los pobres», declaró a la AFP Carlos López, de 57 años.

Ambas acciones se realizan entre temores en medio de una desbordada violencia que deja unos 270 muertos y unos 2.000 heridos en tres meses de protestas contra el gobierno.

Los opositores reclaman justicia, y elecciones adelantadas o la renuncia de Ortega, a quien acusan de desatar una feroz represión contra las protestas y crear una dictadura con su esposa Rosario Murillo, marcada por la corrupción y el nepotismo.

Para el gobierno los manifestantes son «delincuentes» y parte de la «derecha golpista», apoyada por sectores de Estados Unidos.

La OEA inició esta tarde en Washington una sesión extraordinaria por la grave situación de Nicaragua, luego de que el miércoles la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le presentó un informe que reportó un «profundización» de la violencia y la represión.

AFP

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