Confianza, un pilar del desarrollo

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Por: Martha Moreno Mesa

Gerente Camacol Bogotá y Cundinamarca

Fortalecer la confianza de los ciudadanos y de la inversión, es tal vez la estrategia más urgente y efectiva para reactivar el dinamismo en el crecimiento económico y en el sector edificador.

 

Bogotá, 02 de octubre_ RAM_ “Prácticamente cada transacción comercial tiene en sí misma un elemento de confianza… Puede argumentarse que mucho del atraso económico en el mundo puede explicarse por la falta de confianza mutua”. Con esta frase, el premio Nobel de Economía Keneth Arrow inició el debate sobre la confianza como variable de desarrollo económico. En los años 90, distintas disciplinas de las ciencias sociales (sociología, economía, antropología y política) trabajaron la misma idea; incluso importantes organismos internacionales como el Foro Económico Mundial lo incluyeron en sus agendas de trabajo.

Otros teóricos han denominado a la confianza como ‘la variable perdida’ o como el elemento que ‘aceita las ruedas de la economía de mercado’.

El papel de la confianza se explica como una dinámica cíclica. En una economía que depende de la demanda de bienes y servicios, es la confianza uno de los factores que la determina. El consumidor reduce su consumo y ahorra cuando percibe síntomas de crisis económica ya sea en el panorama nacional o internacional. Esta baja en el consumo disminuye el crecimiento económico y puede llegar a incrementar el desempleo. Cuando se cuenta con la confianza de los ciudadanos, ellos demandan más bienes y servicios, y esto aumentan las inversiones, se incentiva el empleo y se genera mayor crecimiento económico.

El debate teórico puede ser muy amplio, pero lo que resulta cierto es el papel protagónico que juega la confianza en el panorama económico de una sociedad. En la actual coyuntura, en la que los indicadores económicos no han sido los que se esperaban este año para la economía nacional, y particularmente para Bogotá y Cundinamarca, vale la pena analizar si su recuperación depende en gran parte de la confianza que se genera tanto para los ciudadanos como para la inversión privada. Confianza que parece estar deteriorada por el impacto que en la economía de las familias ha tenido, entre otros temas, la entrada en vigencia de la reforma tributaria y los casos de corrupción que han sido protagonistas de las noticias nacionales.

¿Y cómo recuperar la confianza? Hablando particularmente del sector edificador, las condiciones están dadas. Los beneficios que recientemente se han incluido en la política de vivienda nacional, en donde el crédito hipotecario llega a costos históricos gracias a los subsidios a la tasa de interés y a la reducción que de estas han hecho las entidades financieras, hacen que los ciudadanos puedan sentirse tranquilos por vivir el mejor momento para comprar vivienda.

Por otra parte, el panorama político representa una oportunidad para generar espacios de participación ciudadana en donde se tomen decisiones que responda al desarrollo responsable de las ciudades de calidad que todos queremos, generando así confianza en los ciudadanos. Por eso, además de dar elementos para que los ciudadanos se sientan seguros, quienes administran los recursos y toman las decisiones, deben hacerlo de manera transparente y responsable, dándole espacio a los mecanismos de participación y veeduría que existen.

Las revisiones de los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) son una oportunidad de alto valor estratégico, ya que estos son el instrumento que permitirá proyectar el ordenamiento del territorio de manera clara y sostenible, con políticas de largo plazo que trasciendan a los gobiernos y a los funcionarios de turno. Una administración clara y transparente de este ordenamiento genera seguridad, no solo en los ciudadanos, sino en la inversión privada, un elemento fundamental para el desarrollo de la ciudad y la región.

La transparencia será la base del fortalecimiento institucional de las organizaciones, así como un importante paso para que el ciudadano pueda confiar en sus instituciones con la garantía de que los recursos son bien utilizados.

El sector edificador está listo para asumir los desafíos que permitan recuperar la confianza de ciudadanos y empresarios, y así finalizar este año e iniciar 2018 con nuestra apuesta de aportar en la construcción de una región de calidad.

 

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