A la memoria de Jorge Robledo

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Por Oscar Sevillano

Es cierto que no se pueden tolerar actos de corrupción;  que es necesario denunciarlos en el momento en que se tiene certeza de algo que se hizo con métodos ilegales y propósitos no muy buenos. Sin embargo, cuando se quiere elevar voz de protesta por este tipo de prácticas y algún personaje cercano a nosotros ha caído en este mal proceder, lo menos que debemos hacer es despreciarlo públicamente, de la misma manera en cómo se tilda y señala a los demás.

Vemos todos los días al senador Jorge Robledo señalando y despreciando la corrupción en los grupos políticos de la Unidad Nacional y el uribismo, mientras se olvida que el Polo Democrático lideró el robo más grande en la ciudad de Bogotá durante la Administración de Samuel Moreno, hecho del que hasta el momento no se le ha escuchado una sola palabra que dé a entender su rechazo a esta actuación de miembros de su partido, al mencionar  las malas prácticas en la política.

No estoy diciendo que el senador Jorge Robledo haya sido partícipe del lamentable episodio en que la izquierda en Bogotá, demostró que a la hora de robar, es tan buena como lo ha sido la derecha en Colombia cuando ha protagonizado hechos similares,  pero si lamento que el parlamentario se dedique a mirar el mal comportamiento de los demás, sin llamar la atención a los suyos por haber incurrido en las mismas prácticas.

Es muy cierto que no se puede seguir tolerando la corrupción. En eso estoy de acuerdo con Jorge Robledo, pero lo que no se debe hacer es despreciar la de unos, mientras se calla o se omite la de los cercanos.

Cuesta creer que una persona tan seria como Jorge Robledo, acuda a la misma práctica de Clara López, es decir, callar y hacerse la que no es con ella, cuando se habla del Carrusel de la Contratación en Bogotá.

La capital del país aún está pagando el error tan grande que se cometió al elegir en 2007 al candidato del Polo Democrático Samuel Moreno Rojas en la Alcaldía Mayor de Bogotá. De igual manera a la Corte Suprema de Justicia le que va a quedar difícil levantar su nombre, luego de que se haya conocido los actos de corrupción en  dos de sus presidentes (Francisco Ricaurte y Leonidas Busto). Lo mismo va a ocurrir con la Fiscalía General por el caso del fiscal anticorrupción que resultó corrupto.

Todos estos hechos se deben despreciar, como también se debe hacer con el Proceso 8.000, la parapolítica, Foncolpuertos,  el pomaricazo,  la Yidispolítica, Interbolsa,  etc. No puede ser que se señale a los demás por su mal proceder, mientras con el de quienes no son cercanos, nos hacemos los de la vista gorda.

Ya fue suficiente con tener aguantar la hipocresía de Clara López actuando como un personaje pulcro, mientras alcahueteó en calidad de Secretaría de Gobierno de Bogotá, toda la corrupción de Samuel Moreno y sus 40 ladrones, como para ahora tener que ver al senador Jorge Robledo, señalando la corrupción de sus competidores, mientras calla por la de los miembros de su partido político.

Comparto la opinión de Jorge Robledo cuando desprecia las malas prácticas en la política, pero este desprecio se debe dar a todo el conjunto de lo que conoce como corrupción y no solo la de algunos.

@sevillanojarami

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