¿Cuándo se conocerá la verdad a fondo del carrusel de la contratación?

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Por Ángelo Gravier, Abogado Especialista en Alta Dirección del Estado

Un capítulo más se ve venir en la historia del carrusel de la contratación en Bogotá  durante la administración de Samuel Moreno Rojas: lo relacionado con la multinacional Odebrecht.

Al parecer nunca vamos a conocer la verdad a fondo de lo que ocurrió en Bogotá en momentos en que la familia Moreno Rojas administraba los recursos del Distrito, repartiéndolos entre sus amigos,   sacando una buena tajada para depositarla en paraísos fiscales, aprovechándose de las necesidades de la ciudad en materia de infraestructura, temas sociales y de contratación de personal para sacar ventaja y embolsillarse unos cuantos pesitos.

Gracias a la acción de la Fiscalía quien tomó la decisión de desempolvar expedientes engavetados, se supo que en el año 2009, Andrés  Cardona, junto con  Emilio Tapia y otros funcionarios -entre ellos el gerente de la época de la EAAB, Jorge Pizano Callejas, con la ayuda de Iván Moreno Rojas-, movió influencias en favor  de una multinacional extranjera para que se ganara la licitación del túnel del sector Tunjuelo-Canoas, para la descontaminación del río Bogotá.

Se trataba de una  obra que costaba la no despreciable suma de  244.000 millones de pesos y que por supuestos despertó el apetito insaciable de los hermanos Moreno Rojas y de sus mejores amigos, lo que demuestra una vez más que existen políticos que como ellos,  poco o nada les importan las necesidades de una sociedad como la nuestra. Que solo les interesa llenar sus cuentas bancarias de fajos de billetes, para en un futuro no muy lejano, disfrutarlos en compañía de sus hijos y esposas.

Gracias a este proceder, los ciudadanos de la capital del país, miran con desconfianza y sospecha cada obra que se quiere contratar en Bogotá y en el fondo tienen razón, finalmente es el dinero que han pagado vía impuestos y que debe verse reflejado en el desarrollo de la ciudad.

De no ser por este mal actuar de un alcalde de izquierda,  que llegó no con la intención de ejecutar un buen gobierno, sino con la idea de robar a Bogotá, hoy la capital tendría un sistema de transporte masivo integrado, modelo en América Latina, que era como estaba proyectado en el Plan de Ordenamiento Territorial,  que lo ideó y comenzó a ejecutar,  y el desarrollo de la ciudad tanto en lo económico como en su infraestructura, serían  incuestionables.

Como consecuencia de la avaricia, deshonestidad, mentira e ineficiencia de las últimas alcaldías, Bogotá retrocedió 10 años y los ciudadanos desconfían de cualquier obra que la administración  quiera realizar. Por esta razón el Gobierno  Distrital debe hacer grandes esfuerzos para recuperar la confianza y  demostrarles que su única intención es trabajar para  encausar los destinos de  la capital e introducirla una vez más en la vía del desarrollo y la prosperidad,  de la que un día fue sacada por la acción de una banda de ladrones con disfraz de señores.

Quiera Dios que todos los que robaron las finanzas públicas en la ciudad capital, paguen por sus fechorías y las autoridades logren recuperar estos dineros, que buena falta le hacen  a Bogotá para poner en marcha proyectos como el Sistema Metro que ayuda a solucionar la crisis en movilidad y más universidades públicas que permitan un acceso real a la educación superior a ciudadanos con escasos recursos económicos.

@angelogravier

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