Abecé del pupitrazo tributario

Compartir:

Tras un año secuestrada, por cálculos políticos, hoy quieren aprobar a pupitrazo una regresiva reforma.

Por Juan Lozano

Con A se escriben las artimañas y artificios empleados en el trámite del proyecto que se ha venido discutiendo a escondidas de los colombianos, concertando a oscuras y por fuera de las sesiones parlamentarias para llegar esta semana con una ponencia “de mayorías” –¿escrita en Minhacienda?– lista para que la despachen a pupitrazos, olvidando que contiene más de 300 artículos. Y se escribirán también ‘asalto’ y ‘atraco’ si la ley aprobada resulta tan injusta como el proyecto presentado.

Al pueblo, arrinconado con palabrería falaz, lo mantienen con A, aturdido, aturullado, atembado a punta de mentiras, azorado y azurumbado. Ante los reclamos de la gente, parecen autistas con A de ausentistas, y de aplanadora, aviesos o abusivos. ¡Ayyyy!

Y se escriben también con A ‘anodinos’ y ‘angurrientos’, como algunos congresistas que no le dan la cara al país, pero extorsionan, exprimen e intimidan con sus votos parlamentarios para obtener las porciones generosas de ‘mermelada’ frente a la cual mantienen avilantados, siempre con A, avidez y apetito, para que con los recursos públicos los alimenten y amamanten. Aviones.

Con A. Apuestas aplastadas: que la reforma contribuya a la equidad. Angustias aumentadas: las de la pobre gente con los bolsillos exhaustos que tendrá que bajarse de billones de pesos para tapar los huecos de improvidencia, corrupción y desplifarro. Adiós anhelos: justicia social esfumada.

Burocracia es con B. Con la misma y repetida B de burocracia botaratas, de burocracia burlona, de borrachera burocrática, y de burócratas buchiplumas. De burocracia brutal que despilfarra, derrocha, roba y miente a sabiendas, con B también, que a la gente la pueden tratar como borregos y boludos, según el diccionario, que soportan en silencio todas las despojadoras infamias fiscalistas que han caracterizado estos años del Estado botín mientras que el pesado y corrupto aparato burocrático nace, crece, se multiplica, se reproduce, se engorda, pero no muere.

Y bufones, con B de ‘burla’, pretenderán que creamos que tras arduas negociaciones y pensando en el pueblo están tratando de no subir a 19 % el Iva sino a 18 %. El más perverso de todos los impuestos es el IVA, el más regresivo, el más injusto, pero es, también, el más fácil de cobrar.

Con B. Boyantes bribones seguirán defraudando el erario. Faltan más dientes contra la evasión. Bandidos blanqueados podrán disfrutar de sus fortunas mal habidas. Aún podrían incorporar medidas eficaces. Bárbaros y bobalicones blindan bestialidades. Blablablá.

Y Cárdenas es con C. Carambas, cabrestea congresistas con cara consternada, cacareando cuentas castigadas como cantando candidatura conservadora. Controla Congreso, calcula curules. Con calma, cocina coaliciones contra ciudadanía clavada con cargas crecientes.

Con C se escriben las calificadoras convertidas en un coco intimidatorio para presionar el pupitrazo de la reforma que mantuvieron secuestrada durante un año para evitar la catástrofe electoral del plebiscito. En cajones con C, con candado.

Y con C son las cuñas de televisión, comerciales cínicos, con los que pretenden hacer creer a la gente que la reforma tributaria protege la alimentación de los colombianos. Mienten de frente y sin rubor cuando dicen que la canasta familiar no tiene IVA.

Una sucesión de errores en las reformas tributarias anteriores y en el manejo de la hacienda pública agravados por la caída de los precios del petróleo condujo a esta situación dramática en las finanzas nacionales. En vez de enfrentar la corrupción canalla (con C mayúscula), el despilfarro, la evasión y las ineficiencias del Estado optaron por la vía fácil de esculcar los bolsillos de la gente para tapar los huecos con la dócil complacencia de las bancadas mayoritarias. El abecé del pueblo es más corto: abusado, burlado, clavado.

 

Compartir: