Caribe, prende la vela

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No hay un problema al que el Estado le haya dedicado tantos estudios, planes, inversiones y leyes como el de la energía para los siete departamentos de la Costa, sin que se vean resultados.

Por Carlos Obregón

Electricaribe es una prueba de que en Colombia hay crisis que no las resuelve ni “Mandrake el Mago”. Solo le compiten en demora el metro de Bogotá, la recuperación de la navegabilidad del río Magdalena y la capacidad de operación del aeropuerto El Dorado.

Pero tal vez no hay un problema al que el Estado le haya dedicado tantos estudios, planes, inversiones y leyes del Congreso como el de la energía para los siete departamentos de la Costa, que se agudizó con El Niño de 1997 y se vuelve inmanejable luego del Niño del 2016 que amenaza –no por culpa de la sequía—con racionamientos diarios para más de 2,6 millones de usuarios, de los cuales el 70 por ciento pertenece a los estratos 1, 2 y 3 debido al incumplimiento de Electricaribe en el pago de sus deudas al que la vende la energía, que ya suma más de 23.000 millones.

Quienes conocen de cerca la historia, esto es el fin de Corelca –manejo estatal– y el inicio de Electricaribe, como Libardo Espitia, señalan que todo empezó a salir mal desde el comienzo partiendo de la misma valoración que hizo la banca de inversión Inverlink, pero además “el negocio inicial no fue muy bueno y las inversiones para asegurar la cobertura y calidad del servicio no se efectuaron a tiempo”. Ese lastre inicial explicaría en buena medida lo fallido que ha resultado el desembolso de cuantiosos recursos del Estado, asociado con un operador al que no le permean ni los debates políticos en el Congreso, ni las amenazas de sanción de la Superintendencia de Servicios ni las visitas del Rey de España a Colombia. Por esa indiferencia de Electricaribe, toda una región clave del país podría quedar esta semana sometida a cortes de energía.

La ex ministra Cecilia Álvarez describió bien la cuadratura del círculo: deudas de usuarios por 3.9 billones de pesos; una empresa que vive en insolvencia y busca cobrar en arbitrajes internacionales unas deudas del Estado colombiano, y el Estado que le reclama no haber cumplido con los planes de expansión, pese a haberle entregado recursos, como Prone y Caribe 5.

Aunque el Gobierno dijo que no permitirá que haya cortes –todos los días los hay de hecho—la crisis de energía en la Costa parece por ahora estar lejos de una solución de fondo. Las visitas del presidente y sus ministros a la Costa no han pasado de ser promesas. El dueño de una tienda en Barranquilla al que se le daña la carne por falta de energía no sabe de regulaciones ni de negocios en bolsa y lo único que espera es que le solucionen el problema de un servicio que paga pero que no le prestan.

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