De barras deportivas y otros temas

Compartir:

El Ojo del Halkón

Por Rubén Darío Mejía Sánchez

 

BOGOTA, 16 de Abril_ RAM_ Definitivamente el que dijo que los pueblos tenían los gobernantes que se merecen estaba en lo cierto, como remataba opinando sin querer queriendo el Chapulín Colorado y todo lo anterior solo para decir que uno se queda aterrado con las opiniones de la gente sobre los mandatarios y gobernantes de turno, a unos porque los aceptan, porque les dieron todo y con esas dádivas olvidaron lo malo que sucedía y a otros porque los atacan sin darles la oportunidad de hacer nada, sino por la propaganda engañosa que unos grupos hacen de otros.

Bogotá anda mal y muy mal, y no solo porque los últimos gobiernos que le han tocado a la Capital Colombiana la han manejado con las patas y han sembrado el caos, desapareciendo sus finanzas y administrando como se les ha venido en gana, pero sin embargo sin que sea defensor de Enrique Peñalosa lo veo y escucho con estupor como algunas personas prefieren a los Petro o a los Moreno, porque estos le regalaban todo, desde la comida, evitando que tuvieran que cumplir con el sagrado mandato de ganar el pan con el sudor de su frente.

Me quedé aterrado al escuchar a una joven madre de familia que puso el grito en el cielo porque por una falla administrativa no se pudieron entregar los refrigerios a sus hijos el viernes anterior en algunos colegios del a ciudad de Bogotá y dije me aterré porque para ella fue una catástrofe que hubiera tenido que ir al colegio a llevarle las onces a su hijo, porque según ella, eso era obligación del Gobierno Distrital y no puso ni cinco de cuidado y mucho menos aceptó que por un trámite oficial esto hubiera sucedido. Que pena, ya hay padres y madres que no ponen cuidado o son responsables por sus hijos y quieren que el Gobierno les dé todo, es verdad que debe haber educación gratuita, pero en mi época no era necesario que los padres se olvidaran de sus obligaciones, pero ahora ya quieren que todo, como decía la semana pasada, Se le regale, mientras que ello gastan los dineros en otras cosas y quiero compartir con mis lectores algo que me contaron esta semana y que ya me parece el colmo, de una persona a la que le dieron su apartamento gratis, con estufa eléctrica y todo para la cocina y está organizando con otras personas una marcha de protesta simple y llanamente porque entre las cosas que le dieron no estaba un televisión, el que exigía de última tecnología, eso ya me parece el colmo y no digo que no les den auxilios, los más llamados auxilios de alimentación a algunos padres de familia, pero tampoco que sea necesario que pierdan un día en la semana para hacer largas filas para recibir dichos auxilios y los perjudicados sean sus patrones.

Con esa politiquería barata de algunos sectores políticos no vamos para ninguna parte, y como decían mis antepasados “no vamos para ningún Pereira”.

Acaba de decir el Gobierno que estamos progresando en materia educativa, a lo que le tengo que decir que eso no es cierto, porque estamos progresando en que los muchachos adquieran conocimientos, pero no en que aprendan a ser personas para vivir en comunidad, porque cada día más se pierde el respeto hacia los demás, la familia está desapareciendo porque los núcleos familiares se están acabando, los hijos no respetan a los padres y los padres de ahora no respetan a sus hijos y los problemas pasionales están siendo tenidos en primer plano y principalmente cuando la violencia es el plato fuerte para los medios de comunicación, en especial para la televisión, en donde a sus directivos se les olvidó que están para educar y de cien noticias que se producen en el país, se puede decir que el cincuenta por ciento es buena y cincuenta mala, pero las malas son las que se deben difundir y la verdad la tenía el taxista que me condujo el día de hoy cuando hablando sobre esto yo le comentaba que no soportaba sino los titulares, a lo que él me contestó: por lo menos usted ve los titulares, y no soporto nada de lo que presentan.

Estamos formando una humanidad violenta y luego nos quejamos de que qué es lo que está pasando en el país.

Nuestros dirigentes políticos dan mal ejemplo porque en sus declaraciones solo destilan odio y no quieren la paz sino la guerra, porque lo que predomina es el interés personal y económico de cada quien.

Como dije anteriormente, las familias se están acabando, los padres dan mal ejemplo y los hijos hacen lo que se les viene en gana, ya se olvidó la bella costumbre de tomar los alimentos sentados a la mesa y cada quien come en un sitio diferente con tal de tener al frente un televisor, un computador, una tabla o un celular, porque el momento del diálogo y de la unidad familiar ya no es importante en esta época del modernismo tecnológico y de violencia intrafamiliar, interpersonal y en la sociedad.

Ya la existencia de un ser supremo no cuenta en la vida de los jóvenes de hoy, solo les interesa ganar dinero de manera fácil y los padres para vivir “tranquilamente” les dan todo lo que les piden sabiendo que lo más importante es la orientación y el consejo, además de la reprensión para que tengan un futuro mejor y no anden de un lado para el otro en este mundo de congestión y de problemas de toda índole.

La pasión del fútbol dejó de ser la pasión del fútbol, lo que se trasmite desde una cancha de fútbol dejó de ser para muchos esa belleza de saber tocar el balón, hacer excelentes jugadas para llgar al climax del gol, se convirtió fue en una guerra y en un odio entre los que van a los estadios y que son calificados como “hinchas”, que no son más que unos desadaptados y violentos, ue fuera de cometer sus crímenes y sus fechorías en las calles de las ciudades esperan el momento para ir a los templos sagrados del deporte a sembrar el terror.

No hay derecho que las familias hayan sido desterradas de los estadios porque un grupo de desadaptados hayan comenzado a hacer de las suyas y lo peor del caso, que muchos de ellos cuenten con los avales de algunos directivos deportivos y con algunos sectores de los medios de comunicación que creen que con llenar los estadios sin seleccionar la gente, están haciendo mucho.

No, no y no a la violencia, los escenarios deportivos son templos de sabiduría en donde se debe de aprender a respetar al contrario, porque las competencias deportivas nos deben de enseñar algo que se nos han olvidado en la vida, que hay momentos para perder y ganar, para caer y levantarnos, para respetar al adversario y principalmente el gran valor que nos ha dado el Creador que es la vida, tanto la nuestra como la de los demás.

Creo que las sanciones impuestas a esos mal llamados hinchas por parte de la Dimayor que hicieron daño en la ciudad de Medellín, en Manizales y Bucaramanga fueron pocas y da tristeza que en medio de un clásico Santa Fe – Millonarios las tribunas estén vacías porque los mismos que viven en una ciudad tan bella como Bogotá no puedan vivir juntos sino agarrados como perros y gatos de mala calidad y peor cuando los equipos y los mismos gobiernos locales patrocinan la medida que cuando juegan de locales algunos equipos solo puedan entrar las hinchadas o los seguidores de un solo sector; eso no se debe aceptar y mucho menos patrocinar, sino educar y exigir que se respeten los unos al os otros y que puedan compartir las tribunas de los escenarios deportivos, porque si seguimos patrocinando esto , lo que estamos haciendo es dándoles gusto a los violentos y a los que forman el caos, que a la hora de la verdad son los mismos que acaban con las viviendas y negocios alrededor y cercanos a los escenarios deportivos y son los mismos que matan y roban en las calles de los pueblos y ciudades en vez de trabajar y respetar los derechos de sus semejantes.

Esto no se arregla con paños de agua, esto se arregla educando y orientando a los jóvenes, desde los hogares, los centros educativos y las entidades religiosas, si es que buscan de alguna manera alguna orientación para hacer hombres y mujeres de bien o por lo contrario serán los herederos de la violencia que nos carcome por más de sesenta años en Colombia y eso de decir que es que siempre hemos sido violentos no tiene razón de ser, porque debemos de hacer todo lo posible por formar un mundo mejor en donde se puedan destacar las cosas buenas y que las cosas malas sean alejadas al cesto de la basura.

Todos somos responsables y hay que hacer algo para evitar la violencia en la familia, la violencia en los colegios y más tarde, la violencia en las calles y ciudades del país y del mundo.

Qué bueno sería que sacáramos un tiempo para asistir a la Feria del Libro y buscáramos en la lectura un refugio y porque no una salida a los malos pensamientos que nos abaten y que nos hacen hacer cosas fuera de lo común y por lo general perversas. No dejemos pasar la fiesta del libro, sin haber ido por lo menos a leer o a conocer un poco de la cultura en vez de estar pensando en hacer el mal en las calles de nuestro bello país, que buena sería una campaña en pro de buenas familias, buenos hijos, buenos jóvenes, buenos hombres y mujeres y buenos gobernantes para nuestro país.

[email protected]

Compartir: