Análisis Ley del Montes: Entre el posconflicto y la crisis económica

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POR: ÓSCAR MONTES – @LEYDELMONTES

Cinco grandes retos del Gobierno y la Región Caribe en 2016.

La paz con las Farc seguirá siendo el gran propósito del año que comienza, como fue en los anteriores, desde que Juan Manuel Santos asumió por primera vez la Presidencia en 2010. El mandatario renovó ese deseo cuando al finalizar el año pasado declaró que “2016 será el año de la paz y del fin del conflicto”.

“Quiero invitarlos –declaró Santos en su última alocución de fin de año- a que imaginemos la paz posible. A que nos preguntemos –cada uno de nosotros- cuál es mi papel en la construcción de la paz. En el año que está a punto de comenzar, Colombia podrá ver un nuevo amanecer: el amanecer de un país sin guerra, sin conflicto, en el que nuestra nación avance hacia su máximo potencial”.

Ese nuevo amanecer del que habla Santos tiene fecha establecida: el 23 de marzo. Ese día, tanto el Gobierno como las Farc deberían poner fin a la negociación en La Habana para dar inicio al llamado posconflicto. No se trata –como sostiene alias Timochenko, jefe máximo de las Farc– de un “plazo fatal”, sino del cumplimiento de unos acuerdos convenidos conjuntamente por las partes.

Otra dilación de los diálogos y una ampliación de los mismos –escenario que el Gobierno descarta de plano- podrían comprometer la suerte del plebiscito, mecanismo proyectado por el Gobierno para refrendar los acuerdos, pero que no cuenta con el respaldo de las Farc, que le apuesta a una Constituyente.

Este año también se espera que el ELN se suba al bus de negociar con el Gobierno su desmovilización y su reinserción a la vida civil. Así lo anunció el Gobierno, que aspira a que se termine la fase exploratoria y se inicien las conversaciones en firme con esa organización guerrillera. Alias Gabino, jefe del ELN, también expresó su voluntad de dialogar con los delegados de Santos.

En materia política, es evidente que la llamada Unidad Nacional tiene sus días contados. No hay la menor posibilidad de que –una vez prenda motores la campaña presidencial de 2018- el vicepresidente, Germán Vargas Lleras, por ejemplo, se arrope con la misma cobija de Roy Barreras.

En asuntos económicos hay varios nubarrones en el cielo. El primero es el desplome de los precios del petróleo, gran responsable de la desaceleración económica en el mundo en general y en Colombia en particular. Le sigue el fenómeno de El Niño, cuyos mayores efectos se sentirán en el primer semestre del año, tanto es así que hasta el propio Santos habló por primera vez de un posible “racionamiento”, si el clima no mejora y las hidroeléctricas continúan bajando sus niveles. A ello hay que sumarles, una inflación creciente y una generación de empleos muy pobre, dada la grave situación del país en esa materia.

El gran liderazgo que se espera que ejerza Colombia en América Latina sigue aplazado. A Santos el único tema que parece trasnocharlo es la negociación con las Farc. Punto. Esa es su apuesta para la historia. Mientras tanto surgen nuevos liderazgos, como el de Mauricio Macri en Argentina, quien con carácter y firmeza se muestra como el dique de contención del chavismo. El nuevo presidente de Argentina –que puso fin al kirchnerismo en ese país- no sólo abanderó la defensa de los Derechos Humanos en Venezuela, sino que cuestionó la eficacia de organismos creados bajo la orientación del llamado Socialismo del Siglo XXI, como Unasur.

En Brasil, “el gigante de la región”, Dilma Rousseff, afronta un juicio político, que podría –incluso- costarle la Presidencia. En Ecuador y Bolivia, tanto Rafael Correa como Evo Morales están más preocupados por perpetuarse en el poder que por solucionar los graves problemas de sus países. De manera que la situación de Colombia no es muy distinta a la del vecindario.

La Región Caribe –que estrena gobernadores y alcaldes– tiene la obligación de dar –¡por fin!– el salto hacia la equidad y la igualdad social. Los gobernantes elegidos recibieron el mandato para que todos los indicadores en la lucha contra la miseria, la pobreza, el analfabetismo y la cobertura de servicios públicos mejoren de manera extraordinaria. Y para ello se requiere de la unidad regional en la búsqueda de propósitos comunes. Mientras nuestros indicadores sociales sean los peores del país, no hay forma de ser competitivos y de alcanzar mayores niveles de desarrollo. ¿Qué nos espera en 2016?

Proceso de paz: el año del plebiscito

De firmarse los acuerdos de La Habana, el gran reto del Gobierno es lograr la aprobación del plebiscito de la paz, tarea que no será nada fácil, así el umbral sea precario. Punto. Es mucha la pedagogía que el Gobierno debe hacer para que los colombianos “compren” unos acuerdos que no sólo desconocen casi que en su totalidad, sino que lo único que saben de ellos es que dejará impunes los delitos de las Farc. Aunque se supone que los votos de la Unidad Nacional le alcanzan al Gobierno para superar el umbral, el riesgo es que el NO le gane al SI, escenario que –según el propio Santos- dejaría sin legitimidad lo pactado y pondría al Presidente en una posición de extrema vulnerabilidad. Y en lo que tiene que ver con el ELN, su situación es esta: o se monta en el bus de la paz este año o queda expuesto a una ofensiva militar que comprometa su supervivencia. Si el ELN se mira en el espejo de las Farc, no debería dudar en subirse a ese bus.

Política: pistoletazo a las presidenciales de 2018

La gran alianza política y electoral de Santos, que lo llevó a repetir mandato, llegará a su fin este año. Son muchos los peces de la Unidad Nacional que nadan en la pecera de las candidaturas presidenciales y ya no hay espacio para todos. El pez más grande es –sin duda- el vicepresidente Germán Vargas Lleras, que quiere empezar a nadar en otras aguas que le permitan llegar a la Presidencia. Superó con 5 aclamado las pasadas elecciones de octubre, lo que le garantiza ser el candidato más opcionado, sea con el guiño de Santos o no. Los resultados que mostró en las tareas asignados son extraordinarios, como sucedió en Vivienda, donde encontró en Luis Felipe Henao, no solo a un gran aliado, sino a un funcionario eficiente y abnegado, como pocos. Punto. En infraestructura, la ministra Natalia Abello también mostró buenos resultados. En 2016 el pez gordo estará en la mira de los peces chicos y sin duda habrá mucho “matoneo” para sacarlo rápido de la pecera.

Economía: las vacas flacas no engordarán

Aunque el presidente Santos se muestra optimista con respecto al año nuevo en materia económica, lo cierto es que nada hace presagiar que las vacas flacas del año pasado engordarán este año. El primer semestre será particularmente crítico por cuenta del fenómeno de El Niño, que ya encendió las alarmas ante un posible “racionamiento energético”, que de sólo pensarlo causa pánico en el sector productivo. Los precios del petróleo siguen por el piso, la inflación no cede, el empleo crece pero muy poco, la informalidad se dispara en ciudades como Barranquilla y la inseguridad en el campo empieza a golpear a los ganaderos. Así las cosas, el Gobierno aspira a que la “revolución en Vivienda e Infraestructura”, como la llama Santos, le permita mantener los actuales indicadores en materia de inversión y generación de empleos.

Venezuela: Maduro nos hizo conejo con el gas

Los tiempos en que Venezuela era nuestro mejor aliado quedaron atrás. En materia de paz, por ejemplo, la grave crisis interna que vive el vecino país, impide que pueda ofrecer plenas garantías para los diálogos del Gobierno y el ELN. La crisis de desplazados en la frontera continúa, pues Nicolás Maduro decidió mantenerla cerrada. Y el 2016 comenzó con una pésima noticia: Venezuela decidió no entregar gas a Colombia a partir del primero de enero, como había sido convenido, luego de que Colombia le vendiera durante 8 años seguidos gas a Venezuela a muy bajos precios. Argumentando la “variabilidad climática”, que podría afectar la generación de energía derivada del gas, Venezuela decidió incumplir el compromiso adquirido con Colombia y no enviará gas a nuestro país, así informó Pdvsa al Ministerio de Minas y a Ecopetrol. Maduro, pues, nos hizo conejo, como era de esperarse.

Región Caribe: a cerrar la enorme brecha social

Al posesionarse como nuevos gobernadores y alcaldes de la Región Caribe, la mayoría de los elegidos coincidieron en la obligación de luchar contra la pobreza y combatir la desigualdad social. Ese es el reto. Tanto Eduardo Verano, como Álex Char, gobernador del Atlántico y alcalde Barranquilla, respectivamente, fueron particularmente reiterativos en ese propósito. Y es que mientras nuestros indicadores de lucha contra la pobreza sigan siendo los más bajos del país no hay forma de ser competitivos y alcanzar mayores niveles de desarrollo. Las cifras de la Región Caribe –con departamentos con niveles de pobreza superiores al 50 por ciento- son aterradoras. Se trata de una verdadera tragedia social que debe ser atendida con prontitud y eficacia. Punto. Mientras esa brecha no se cierre, la Región Caribe seguirá rezagada frente a otras regiones del país, como la Andina, Antioquia y el Eje Cafetero, los santanderes y el Valle del Cauca. Con hambre no hay paz posible.

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