Análisis Ley del Montes: ¿De qué le sirvió a la Costa haber reelegido a Santos?

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1b_santosPor Oscar Montes – @leydelmontes

Los habitantes de la Región Caribe siguen sin entender que el ‘premio’ por haber contribuido al segundo mandato del Presidente sea tener que pagar las tarifas de gas más caras del país.
Por cuenta de la crisis energética que vive la Región Caribe, cuyo coletazo más fuerte se sentirá en el primer semestre del próximo año, cuando el fenómeno de El Niño sea mucho más intenso, sus habitantes empiezan a preguntarse qué sentido tiene haber contribuido de forma significativa a la reelección de Juan Manuel Santos, cuando buena parte de la angustiante situación tiene que ver con decisiones del Gobierno central, como ocurre con las adoptadas por el Ministerio de Minas o por la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg).

Una vez más, la Región Caribe sirvió para definir la Presidencia, pero a la hora de beneficiarse de ese decisivo respaldo ocurre todo lo contrario: desde Bogotá se le aplica la ley del embudo: lo ancho para ellos y lo angosto para uno. Punto. Es lo que ocurre con la decisión que en el segundo semestre de 2013 adoptó la Creg de modificar los mecanismos de comercialización del gas y que hoy tiene a la Costa pagando las tarifas más caras del país, cuando paradójicamente es la zona que lo produce. En otras palabras: por cuenta de la Resolución 089 de 2013 de la Creg, la Costa produce gas barato para el interior del país y caro para los costeños.

Dicha resolución atenta no solo contra los bolsillos de los habitantes de la Región Caribe, sino contra miles de empleos que generan las empresas e industrias de la Región. “No hay forma de ser competitivos con esas tarifas, que seguirán subiendo, porque la fórmula impuesta por la Creg así lo determina”, me dijo un empresario barranquillero con quien hablé sobre la difícil situación que se vive y que –de no adoptarse medidas urgentes– podría desembocar en graves problemas de orden público. “Es –me dijo– una bomba de tiempo”.

La bomba de tiempo –desactivada en su momento, pero cuya mecha sigue encendida– llevó hace un año a que empresarios, industriales, clase política y medios de comunicación de la Región Caribe levantaran su voz de protesta contra la nefasta fórmula de indexación de precios del gas en boca de pozo, que subía un 25% en la Costa (Ballena) y bajaba al 3% en el interior del país (Cusiana). Es decir, la fórmula de la Creg “premiaba” con precios altos a los costeños por producir gas y “castigaba” con precios bajos a los “cachacos” por no producirlo.

No obstante, la desactivación de la bomba de tiempo el año pasado –que se tradujo en bajar el aumento de la tarifa, proyectado en un 25% a un 4%– dejó pendiente dos puntos fundamentales: equiparar los precios del gas del Caribe con los del interior del país y reemplazar de forma adecuada la fórmula de la Creg.

Resulta, sin embargo, que la fórmula redefinida por la Creg, mediante la Resolución 105 de 2015, hace tan solo cuatro meses, tampoco es favorable ni conveniente para los intereses de la Costa, sencillamente porque no elimina en su totalidad los perversos efectos que tiene para la Región la Resolución 089. Por eso la mecha de la bomba de tiempo sigue encendida. La nueva fórmula propuesta combina tres factores: los precios de los contratos de gas a corto plazo, la variación del WTI y la variación del IPP (Índice de Precios al Productor) de Estados Unidos.

Los dos últimos factores son exógenos y no manipulables por el oligopolio de la producción en Colombia, pues hay que tener en cuenta que el 80% de la producción es de Ecopetrol. Es decir, la nueva fórmula propuesta por la Creg es manipulable por los productores colombianos.

Al definir la nueva fórmula no se precisó el peso de los tres componentes. O peor aún: le puso 0 (cero) al único que definía la demanda, es decir el WTI, que como todos los hidrocarburos en el mundo, está a la baja, lo que termina afectando la competitividad de la Región Caribe, pues mientras aquí los precios suben, en el resto del mundo bajan. Pero, además, la Creg modificó la fórmula de tal manera que los precios nunca podrán bajar, sino que, mínimo, subirán por el IPP estadounidense, sin importar lo que suceda en el mercado nacional.

La propuesta de gremios, industriales y empresarios costeños apunta a que cada uno de los componentes del indexador, como son la variación del precio del petróleo WTI, el Índice de Precios al Productor (IPP) de EE.UU. y la fórmula contenida en la Resolución 089 de 2013, que recoge los precios del mercado local, tenga el mismo peso específico, es decir un 33,3%.

Ante el chaparrón de críticas que le llueven a diario, el ministro de Minas, Tomás González, sostiene que el límite superior para el incremento de la tarifa final al usuario sería la inflación. Ello no es cierto, puesto que incrementará la inflación afectada por la devaluación del peso ante el dólar, teniendo en cuenta que el precio del gas está establecido en dólares.

Pero el ministro también falta a la verdad cuando sostiene que el precio del gas se incrementa por la escasez. Falso. El incremento es producto de decisiones políticas y regulatorias equivocadas. Veamos: a Venezuela se le exportó gas desde la Región Caribe por 8 años, durante los gobiernos de Álvaro Uribe y de Juan Manuel Santos, quienes por razones políticas dispusieron del gas de la Costa para suministrárselo al vecino país a precios muy favorables. Ello produjo la “inflación artificial de precios” que padecemos los costeños.

Y la razón regulatoria –que artificialmente sube los precios– es que las térmicas deberían consumir combustibles líquidos –como el diésel– y sin embargo están consumiendo gas, sencillamente porque sus costos operativos disminuyen en un 50%. Y como era de esperarse, las térmicas comenzaron a competir con los industriales de la Región Caribe comprando a mayor precio las reservas de gas existentes, dejándolos sin suministro u obligándolos a pagar un mayor precio, afectando así su competitividad.

De manera que los precios del gas en la Costa son más altos, no por cuenta de las reglas del mercado, como sostiene el ministro González, sino por decisiones políticas y por imprecisiones regulatorias. Que González no siga faltando a la verdad.

A ello se suma el hecho de que el principal pozo de la Región Caribe ya está agotado y tiene menos reserva que el del interior del país, con el agravante de que el gasoducto que nos conecta con el interior del país no funciona de manera bidireccional, es decir solo sirve para enviar gas de la Costa al interior, pero no del interior a la Costa. ¿Qué hacer ante la crisis originada por los precios del gas en la Región Caribe? ¿A qué juega el Gobierno? ¿Quién le pide cuentas a la Creg?

¿A qué juega el ministro de Minas, Tomás González?

El ministro Tomás González sostiene –sin ruborizarse– que el incremento en los precios del gas en la Región Caribe se debe a su escasez. Lo que no dice es que esta fue causada por decisiones de los gobiernos de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos –su jefe– de exportar a precio de huevo nuestro gas a Venezuela durante ocho años. Punto. Es decir: el gas de la Costa no es caro por el comportamiento del mercado, como dice González, sino por decisiones de gobiernos que obedecieron en su momento a razones políticas. Prefirieron contentar a Chávez y a Maduro y perjudicar a los costeños. Pero, además, González debe saber que si bien es cierto que las térmicas se encuentran ubicadas en la Región Caribe, ellas benefician a todo el país. Por esa razón no se debe achacar la capacidad de precio que por regulación tienen las térmicas al comportamiento del mercado en toda la Costa. La Creg, por medio de la Resolución 034 de 2001, permitió a las térmicas costear precios altos de gas, que luego serán trasladados al sistema eléctrico, basados en la generación por seguridad y la confiabilidad que estas brindan al sistema eléctrico nacional. Esto no es inflación de precios a causa del mercado, es una inflación artificial promovida por la regulación. Imposible que González lo ignore. Y por último está el autoconsumo de Ecopetrol para sus refinerías, que, aunque benefician a todo el país, los altos precios los asumimos únicamente los costeños.

“La fórmula del gas será técnica y no política”: Ministro de Minas

Para el ministro González, la discusión sobre la fórmula para fijar las tarifas del gas en la Costa debe ser técnica y no política. Así se lo dijo al director de EL HERALDO, Marco Schwartz, el pasado 22 de septiembre. Pues bien, González se equivoca en materia grave. No hay nada más antitécnico que la Resolución 089 de la Creg que nos tiene padeciendo a los costeños. Es tan antitécnica que lleva cualquier número de modificaciones sin que hayan encontrado una salida que beneficie a los millones de habitantes del Caribe. Precisamente, por ser antitécnica es que la clase dirigente y gremial costeña se involucró en la discusión. Nadie en la Región está dispuesto a pagar el gas más caro que en el resto de país. Punto. No hay razón para semejante atropello. Ya es hora de que buena parte de nuestra clase política así lo entienda: o se empoderan del asunto y defienden los intereses de la Región Caribe, o se ponen la camiseta de quienes, desde Bogotá, adoptan medidas que comprometen no solo nuestra competitividad, sino la supervivencia de millones de paisanos. Con contadas excepciones –igual sucede con las tarifas eléctricas– nuestros políticos asumen posiciones valientes en defensa del interés colectivo regional.

¿De qué sirvió que la Región Caribe reeligiera a Santos?

Juan Manuel Santos no se cansa de agradecer a la Región Caribe el espaldarazo electoral que le dio en la segunda vuelta presidencial, luego de haber perdido la primera con Óscar Iván Zuluaga. Al Presidente habría que decirle que no nos quiera tanto, porque las medidas adoptadas por su gobierno en materia de tarifas de gas nos tiene padeciendo las verdes y las maduras. Pero resulta que por reclamar nuestros derechos y un tratamiento equitativo con el resto del país, algunos funcionarios del Gobierno, como el ministro González, matriculan a la Región Caribe como “antigobiernista”. Es todo lo contrario: si la Costa no reclama un tratamiento igualitario en materia de tarifas de gas, no puede ser competitiva, que es lo que quiere Santos. Punto. Si la Región Caribe se deja imponer fórmulas absurdas, como la contenida en la Resolución 089 de la Creg, entonces no habrá manera de que nuestra industria recupere su dinamismo y sea competitiva en los mercados internacionales. Es por esa razón que los reclamos justos, serios y sustentados, como los que se hacen materia de tarifas de gas, deben ser atendidos de igual forma y no descalificados con argumentos pueriles, como el supuesto antigobiernismo costeño.

¿Y el Bloque Costeño en qué anda?

Es hora de que otra vez el llamado Bloque Costeño se haga sentir ante el Gobierno Nacional. Y a ellos deben sumarse líderes de la Región Caribe, como el recién elegido alcalde de Barranquilla, Álex Char, quien ha interpretado el sentir de la comunidad en otro tema también sensible, como es el muy mal servicio de Electricaribe y sus elevadas tarifas. La Costa no puede seguir rezagada por cuenta de decisiones centralistas que comprometen su competitividad. El Bloque Costeño debe decirle al minminas que falta a la verdad cuando argumenta que la Costa no es seria y que no está dispuesta a comprometerse con el WTI, diciendo que es oportunismo, solo porque ahora el precio internacional del petróleo está a la baja. La clase política regional debe decirle al Gobierno que los pozos ubicados en la Costa estuvieron sometidos durante 35 años a los precios internacionales del petróleo y se asumía por parte de distribuidores, comercializadores e industriales la fluctuación de los mismos, sin ningún inconveniente a que estos subieran o bajaran. La audiencia pública que la Cámara de Representantes celebrará el viernes en Barranquilla sobre la crisis energética es una buena oportunidad para que hagan entrar en razón a González. Ojalá así sea.

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