Farc afirman que son “rebeldes anhelando lo mejor para el pueblo colombiano”

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En medio de la escalada terrorista desatada contra la contra la infraestructura eléctrica, petrolera, de carreteras y contra la población civil, Las Farc afirmaron que son “rebeldes anhelando lo mejor para el pueblo de Colombia” y que han venido luchando por “justicia social con igualdad, bienestar para todos y calidad de vida al alcance del pueblo”.

Los pronunciamientos los hizo a través del cabecilla alias “Iván Márquez”, en una extensa carta que envió en las últimas horas al Procurador General de la Nación, Alejandro Ordoñez Maldonado, en respuesta a la misiva que el funcionario envió al grupo guerrillero a principios del mes y en la cual le advirtió a los integrantes de las Farc que deben someterse a la justicia y que la Comisión de la Verdad que se propone crear en el marco de las conversaciones de La Habana, “no puede ser un instrumento de legitimación del terror y del crimen”.

Además, el jefe del Ministerio público afirmó que se debe reconocer desde un principio a las Farc como los victimarios y en ningún momento se le debe dar legitimidad a sus acciones contra la población civil.

Al respecto, alias Iván Márquez le dice al procurador que “tiene una visión confusa sobre lo que viene sucediendo en el país y en la mesa de La Habana” y que la verdad que se busca no es “su verdad señor Procurador”, sino “la que brote de los labios de las víctimas, por haber sufrido en carne propia la tragedia de la guerra”.

Según el cabecilla de las Farc, “la verdad que se quiere conocer es la que se escuche desde las tumbas, que hablarán cuando se retiren sus lápidas y se trabajen científicamente los restos mortales que ellas guardan”.

Y luego Márquez afirma: “En su momento nosotros también cumpliremos nuestro compromiso con la verdad como ya hemos demostrado que somos capaces de hacerlo”.

“Entonces –subraya– no nos pretenda vender la idea, señor Procurador, de que tenemos que acogernos a un sistema de justicia elaborada por doctrinantes extranjeros que nunca imaginaron que sería acomodada a tijerazos y remiendos en una especie de sastrería jurídica para vestir groseramente procesos políticos de paz”.

En seguida descalifica nuevamente a la justicia colombiana, trayendo a colación el escándalo de corrupción de la Corte Constitucional y señala: “La Corte que usted cita con tanto entusiasmo, señor Procurador, moralmente ha dejado de existir”.

Igualmente precisa:

“Priorización”, “ponderación”, “selección”, “sistematicidad”, “máximos responsables” y “macro procesos”. ¿Tras sesenta años de conflicto interno inventarse semejante procedimiento para ponerle la mano a unos pocos y encarcelarlos al final de la contienda? Señor Procurador, ¿usted que se dice ser conocedor de la Palabra divina se atreve a “tirar la primera piedra”? “¡Bombas señor Presidente! ¡Bombas!” ha sido su clamor. Usted es una de las partes actuantes del conflicto; hace rato dejó de ser un civil no comprometido, señor Procurador. ¿Cómo es que no se ha dado cuenta?

Ademas señala que el Procurador “no ha aclarado su papel y el de la institución que pasajeramente preside dentro del contexto descarnado del conflicto que tanto dolor le ha producido a la historia nacional y al pueblo de Colombia en general”.

“Lo invitamos a que deponga la falsa armadura con la que ha querido hacer presencia en la vida pública. Mírese primero la viga en el ojo propio”, subraya y agrega que “en su momento, de seguro, tendrá que hacer usted presencia en la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la no Repetición. Allá queremos oírlo a fin de que le cuente al país por qué sus silencios en momentos en que debió pronunciarse; por qué permitió el escalamiento de la confrontación armada como solución al conflicto interno; por qué no le tendió la mano al pobre, a la víctima del otro lado, al desprotegido defensor de los derechos humanos”.

Dice más adelante que “la esencia de la futura paz, pensando en las víctimas, su reparación, el perdón y el nunca más”, es “la Asamblea Nacional Constituyente” y pide al Procurador que no insista en que con ella se daría “un salto al vacío”. “Todo lo contrario, complementa, dejar la futura suerte en manos de los poderes constituidos como lo pretende el adefesio del Acto Legislativo 01 de 2012 y la sentencia C-579 de 2013, sí es el verdadero salto al vacío”.

En opinión del cabecilla guerrillero, “solo se llega a la construcción del candado definitivo, a la construcción de la norma pétrea garante de la seguridad jurídica futura acudiendo al poder creador; poder que constituye, es decir, poder que erige, forma y construye”.

Y concluye: “Si hemos llegado a conquistar un sitio en igualdad de condiciones con nuestros contradictores de siempre en la Mesa de La Habana para revisar las enfermedades de la patria y buscar una paz estable y duradera, señor Procurador, es porque hemos sido rebeldes anhelando lo mejor para el pueblo de Colombia. No vamos a dejar de lado, no vamos a abandonar esta histórica oportunidad.

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