“Timochenko”: “Conversaciones de paz no pueden romperse por ningún motivo”

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Sin hacer referencia alguna a la masacre de once militares que sus hombres ejecutaron en el Cauca, el máximo cabecilla de las Farc Timoleon Gómez, alias “Timochenko”, afirmó en las últimas horas que las conversaciones de paz de La Habana “no pueden romperse por ningún motivo”.

El pronunciamiento lo hizo en un extenso escrito publicado en internet y fechado el miércoles 15 de abril, no en referencia a la matanza de los uniformados en la emboscada en Timba, ocurrida el martes 14, sino en las marchas por las víctimas del conflicto realizadas en Colombia el 9 de abril, que en su concepto “fue la ebullición de un gigantesco clamor por la paz, entendida esta como la culminación de un proceso de transformaciones políticas y sociales”, iniciado “desde la puesta en marcha de la fase pública del proceso con las Farc”… “muy al contrario de la reiterada posición gubernamental, refractaria a los cambios institucionales”.

En el escrito titulado “La salida política debe ser concertada”, el mandamás de las Farc afirma que el gobierno nacional sabe bien que las principales consignas levantadas por los marchantes se relacionaban con la urgencia de firmar desde ya un cese bilateral de fuegos que ponga fin al desangre, la necesidad de entablar conversaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional y la viabilidad de convocar una Asamblea Nacional Constituyente como mecanismo de refrendación de los acuerdos alcanzados.

“Desde luego –continúa diciendo– que basadas todas en una premisa fundamental, la persistencia en las conversaciones actuales, que no pueden romperse por ningún motivo”.

Alias “Timochenko” acusa al gobierno de “reducir los alcances del proceso de paz”, a la aceptación de condenas y penas por parte de los mandos guerrilleros.

“ Han sido múltiples e incisivas las posturas públicas del Presidente Santos al respecto, en las cuales no deja de leerse cierto dejo de advertencia final”, precisa y agrega:

“ O nos mostramos dispuestos a aceptar esa condición que nunca fue pactada como premisa de las conversaciones, o debemos tener claro que no será posible la firma de ningún acuerdo. Nada está acordado hasta que todo esté acordado, nos han repetido siempre”.

En concepto del cabecilla de las Farc, todo esto “podría traducirse del siguiente modo: las largas discusiones para llegar a la concertación de acuerdos parciales en materia del sector rural, cultivos ilícitos y participación democrática, incluso lo conseguido como aproximaciones en cuestión de víctimas y fin del conflicto, todo en su conjunto carece de sentido si no aceptamos lo que se nos quiere imponer en materia de justicia transicional”.

“De donde resultaría que los diálogos de paz no son más que una representación teatral, cuyo último acto debe conducir inevitablemente al sometimiento de los alzados”, complementa.

Luego dice: Nuestra posición ha sido la de reconocer en todo momento la parte de la responsabilidad que nos quepa en las violencias que envuelven la dinámica de una guerra a muerte, lo que no significa que nos arrepintamos de nuestro alzamiento. Pero el Estado, el conjunto del Establecimiento, también deben asumir con franqueza las suyas.

Además anota que “carece de lógica pretender que la dirigencia insurgente resulte condenada como culpable única, y que además se someta a penas que la excluirán de la política a futuro”.

Asi mismo reseña que “mientras que los auténticos responsables de todos los crímenes y violencias desatados como consecuencia de sus políticas de terror, continúan impunemente en el poder o a su servicio, disfrutando de la prosperidad económica que les aumentaría con una pacificación tan barata. Así resultará todo muy difícil. Más si consideramos que pese a los acuerdos alcanzados, el gobierno nacional promueve distintos proyectos de ley en abierta contravía de lo pactado, o adelanta una violenta arremetida contra los campesinos cultivadores de ilícitos, contrariando lo firmado”.

Finalmente afirma que las Farc reiteran “su total disposicion a encontrar salidas concertadas que reflejen el carácter pacífico y dialogado de la solución al largo conflicto.”.

“De esa manera asumimos el respaldo nacional al proceso de paz de La Habana y las manifestaciones de solidaridad internacional, como la aplastante muestra de apoyo de la reciente Cumbre de las Américas. Pensamos, con todo respeto, que el gobierno nacional debiera enfocar las cosas del mismo modo. No creemos que el tiempo de la Mesa sea un obstáculo, ni que seamos nosotros los responsables de su duración”, concluye.

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