Vuelve el miedo a Rusia en el este de Europa

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Desde Tallin a Varsovia, las supuestas acciones de Rusia en Ucrania avivan el viejo miedo de los países del este de Europa ante Moscú y los recuerdos de la ocupación soviética, un sentimiento palpable la víspera de una visita de Barack Obama a Estonia.

«Estoy muy preocupada, porque cada vez que las cosas pueden ir a peor, van a peor» afirma a la AFP Sildna Helen, de 35 años, organizadora de festivales de música en Tallin, donde el presidente estadounidense hace este miércoles escala antes de acudir a una cumbre de la OTAN en Gales.

«Los líderes europeos se limitan a expresar su preocupación» por la situación en Ucrania pero «nada más», se lamenta. «No hacen lo que debe hacerse para cambiar la situación», explica.

En una carta abierta a Obama publicada el lunes, más de 150 personalidades bálticas, entre ellas los antiguos dirigentes estoniano Arnold Rüütel y lituano Vytautas Landsbergis, lo exhortan a «asegurar una presencia permanente de tropas aliadas» en sus países.

«El neo-imperialismo manifestado por Rusia nos hace temer que seamos objetivos potenciales de sus sueños expansionistas», afirman. En juego está «la seguridad y la libertad de toda Europa», alegan los firmantes.

En las calles, el lenguaje es más crudo. Para Janis Janson, un letón de 47 años, el presidente ruso Vladimir «Putin es un canalla».

«Si tiene éxito en Ucrania, puedo apostar que vendrá por aquí. Evidentemente, estar en la OTAN es una diferencia, pero si no fuera por eso, ya estaría aquí», asegura.

Los pequeños estados bálticos recuperaron la independencia tras la desaparición de la Unión Soviética en 1991, tras casi cinco décadas de ocupación. Lituania, Estonia y Letonia forman parte de la Unión Europea y de la OTAN desde 2004.

Las minorías rusófonas

Pero la angustia ante el enorme vecino ruso está también alimentada por la importante minoría rusófona –generalmente favorable a Moscú– que representa una cuarta parte de la población en Estonia (1,3 millones de habitantes) y Letonia (dos millones).

Sin embargo el comportamiento de Rusia en Ucrania no es apoyado por todos los rusófonos.

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