Colombia es el segundo país con más conflictos ambientales en el mundo

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Bogotá, 28 de Julio ¬_RAM_ Colombia es el segundo país que más conflictos ambientales significativos tiene en el mundo según el Atlas Global de Justicia Ambiental, reveló Julio Carrizosa, miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Naturales y Exactas, durante un foro que organizó el Grupo de Investigación en Derechos Humanos de la Universidad del Rosario.
En el marco del encuentro Conflictos socio ambientales en el siglo XXI, Carrizosa indicó que lo paradójico es que se supone que hay un consenso a nivel político sobre cómo ejercer control en este ámbito.
Este atlas muestra que la zona Andina de Suramérica -desde Chile hasta la Guajira- está absolutamente cargada de conflictos en minería, en gestión de recursos, en biomasa, en conflictos por tierra, en combustibles fósiles y en conflictos por el agua, entre otros, agregó Manuel Pérez, profesor de la Universidad Javeriana.
Pérez, quien hizo parte de la investigación Gestión Ambiental Territorial, que realizó la Javeriana y la CAR Cundinamarca, señaló que Colombia tiene un problema de reconocimiento de conflictos ambientales, de saber en dónde están, qué información existe y qué derechos tiene la gente.
“Un reconocimiento que pasa por entender al otro en su localidad, en su vereda, por decirlo así, en su escala territorial”, resaltó.
Carrizosa coincidió en que hay una falta de reconocimiento, pero además de comprensión de los conflictos ambientales. La sociedad se ha acostumbrado a simplificar las características del mismo, “como cuando se dice que somos un país con mucha riqueza, reduciendo así el análisis de la complejidad ambiental del país”.
En su opinión, esta simplificación se da debido a la situación que se ha vivido. “Somos un país traumatizado por los efectos de la violencia, porque el narcotráfico nos ha hecho ver como un país criminal y porque la corrupción ha permitido que los dos anteriores prosperen”.

Medio ambiente vs asentamientos humanos

Para Manuel Pérez hay una explotación poco consciente de los recursos. “Cuando se abre un boquete estamos abriendo nuevos mundos que no sabemos qué afectación tengan sobre el equilibrio natural. Así podemos ver cómo los habitantes de Malambo denuncian que hay plomo en la sangre de los niños o en la Guajira más de 80 mil niños amenazados por la sequía”.
En este sentido, muchos de los conflictos que se presentan por razones de extracción de minerales surgen debido a la coincidencia de asentamientos humanos muy densos con la existencia de recursos minerales y el clima tropical, explicó Carrizosa.
Para el profesor Pérez, una muestra de lo anterior es Cundinamarca, donde aproximadamente tres cuartas partes del departamento tienen avances de procesos de expansión urbana, sin tener en cuenta cómo esa ocupación afecta en el proceso del agua. Por ejemplo, el impacto a los páramos.

¿Cómo hallar solución a los conflictos ambientales?

Los conflictos socio-ambientales en Colombia deben enfrentar tres factores de análisis, según Pérez: redistribución económica, cuánto se gana y cómo se gana, teniendo presente la conservación; reconocimiento, es decir, determinar que hay actores sociales que se mueven con o sin el estado, y representación, pues no ha habido un pacto común para reclamar las necesidades ambientales.
Asimismo, si se logra un diálogo franco, cara a cara, para buscar consensos entre ambientalistas, institucionalidad y empresa, pero sobre todo integrando a las comunidades afectadas y a la sociedad civil, es posible encontrar formas de solución de los conflictos, concluyó el investigador.

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